Soy travesti y mi esposa y yo nos prostituimos porque nos encanta la verga
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Soy un hombre de 30 años, me llamo Fernando, casado con Azucena de 28 y ambos somos bisexuales, adictos al sexo, el porno, las orgias, al sexo casual pero sobre todo a los hombres y por eso nos llevamos tan bien. Nunca nos ocultamos nada, desde novios nos confesamos todos nuestros gustos y fue fascinante saber que a mi chica le gustaba lo mismo que a mi. A veces nos gustaba la misma chica o el mismo chico, así que el primero que lograra algo, trataba de convencer a nuestra conquista de hacer un trio. Aunque casi nunca se lograba, algunas veces salió bien y la cosa se ponía realmente candente. Fue una época de explorar y disfrutar de todas las posibilidades, pero también de conocernos cada vez mas y crear lazo inquebrantable de amor y confianza entre ella y yo.
Finalmente nos casamos enamorados pero sabiendo que nunca seriamos una pareja normal y ordinaria, pero sobre todo sabiendo que el sexo siempre seria la base de nuestra relación. Pare ese entonces aun no estaba seguro si me gustaban mas las mujeres o los hombres, aunque para Azucena estaba claro que prefería a los hombres. Ocasionalmente buscábamos algún travesti para que nos acompañara, pero yo veía que se ponía mas cachonda con algún macho y yo también. Así que casi siempre buscábamos hombres para que estuvieran con nosotros y no importaba si eran hetero. Finalmente Azucena sabia que yo siempre disfrutaría mirando un chico guapo mientras se la cogía y de saborear su leche directamente de los labios de ella o de su panocha. Creo que ver tantos chicos guapos cogiéndose a mi esposa y ver lo mucho que lo disfrutaba me hizo inclinarme cada vez mas a preferir hombres.
Ella sabia que aunque me definía como inter, prefería ser pasivo, así que desde siempre jugamos en nuestra intimidad a que Azucena me vestía y maquillaba de mujer. Era algo que a los dos nos excitaba mucho, pero nunca había estado vestida con otro hombre, solo eran juegos entre nosotros. Azucena decía que me veía guapísima y que tenia un cuerpo muy femenino porque soy delgado y nalgón, además soy lampiño y mido 1.65, maquillado creo que me veo muy bien. Con el tiempo esos juegos se volvieron mas y mas frecuentes, tanto que los fines de semana me la pasaba vestido de mujer y se sentía muy bien. Fui tomando casi la misma rutina que Azucena de depilarnos, maquillarnos y salir a comprar ropa y zapatos de mujer que nos gustaran.
Para ese entonces mi closet estaba divido en mi ropa para ir a trabajar y mi ropa de chica para estar en casa, tambien me habia dejado el pelo mas o menos largo. Yo tenia mi maquillaje de un lado del tocador y Azucena el suyo del otro porque ella es morena y yo soy muy blanco, así que no todos los colores nos favorecían a las dos. Ya prácticamente era travesti de tiempo completo estando en casa pero tenia muchas inseguridades aunque Azucena siempre decía que me veía mas buena y sexy que ella. Entonces un día me preparo una sorpresa e invito sin decirme a un chico con el que ya habíamos estado un par de veces y nos había cogido bien rico a los dos. Debo aclarar que nunca llevábamos a nadie a nuestra casa, además ella estaba embarazada de unos 4 meses de mi nena y no imagine lo que planeaba.
Ella salía una hora mas tarde que yo de trabajar y recuerdo que me llamo ese día para decirme que queria que hiciéramos algo especial y que me vistiera bien puta. Cuando vi que llego con ese chico y yo vestida con un putivestido, mis tacones favoritos y bien maquillada, me dio mucha pena. Pero nunca voy a olvidar el brillo en los ojos del chico cuando me saludo, fue la sensación mas linda en mi vida. Me miro de arriba a abajo y con una sonrisa enorme me dijo “¡Estas preciosa! ¡te ves buenísima mamita!”. Salude a mi esposa y después de besarla le dije que me hubiera dicho que lo había invitado. Azucena me dijo que lo disfrutara y que ella siempre me había dicho que no tuviera miedo porque en verdad me veía muy guapa.
Nos sentamos los tres en la sala después de que Azucena nos sirvió unas copas de ron. Antes de terminar la primer copa, yo ya estaba a los besos con Ángel (el chico que invito Azucena) mientras ella nos miraba. El me decía que porque no me había vestido así cuando nos habíamos visto y le dije que me daba pena. Mientras me besaba el cuello y acariciaba mis piernas me dijo nuevamente que me veía preciosa, que era toda una mujer y que me iba a dar verga con mas gusto. Ángel es todo un macho alfa, bisexual 100% activo, musculoso, peludo y con una vergota grande, venosa, muy lechosa, pero sobre lo que nos volvió locos a mi esposa y a mi es que no se le bajaba. Podía cogerse a Azucena, venirse con ella y cogerme a mi sin descansar nada. Realmente es un hombre de ensueño y no paraba de decirme cuanto le gustaba y todas las cosas que queria hacer conmigo. A diferencia de cuando me cogió conmigo como hombre donde aunque si que me dio unas buenas cogidas, pero sin decir nada mas allá de que apretaba rico.
Cuando le saque la verga para chupársela, Azucena se me unió a mi y juntos saboreamos el enorme trozo de carne de Ángel. Poco después Ángel y yo nos dimos un delicioso besos que nos llevo a acostarnos en el sofá, abrí mis piernas y el puso su verga contra la mía que parecía pequeña a pesar de que siempre me han dicho que la tengo grande. Cuando ensalivo su verga, yo supe lo que se veía y aunque he cogido con muchos hombres, estar vestida de chica me tenia mucho mas excitada. Con el nunca usamos condones porque literalmente ni le quedan, así que no había pausas que hacer que interrumpiera ese momento. El sabe que esta muy vergon y siempre fue muy delicado para empezar a meterla y así mismo fue. Sentía como su verga iba abriendo mi culo y como se iba metiendo lentamente. Justo en esos momentos Azucena se puso de rodillas junto a mi y comenzó a chupar mi verga que por cierto estaba goteando mucho liquido lubricante.
El placer de sentirte penetrada es lo mas delicioso que puede haber y mas cuando mi esposa me esta chupando la verga al mismo tiempo. Además que el hombre sea alguien como Ángel de buenote es todavía mejor. Poco a poco fue moviéndose mas y mas rápido hasta que su verga me taladraba cientos de veces por minuto. Ángel acomodo a Azucena sobre mi en posición de 69 sin dejar de cogerme. Azucena mientras tanto no sacaba mi verga de su boca y ocasionalmente Ángel la sacaba de mi culo para darse a mamar, pero solo se la dejaba un par de chupadas y me la volvía a clavar. Un rato mas quiso que nos volteáramos para que yo me pusiera de perrito sobre Azucena igual en 69 y aunque al principio no queria aplastar a Azucena por su embarazo, termine completamente tumbado sobre ella sin sacarle mi verga de su boca. No aguantaba tanto placer y me vacié una primera vez directamente en la boca de mi mujer.
Pero Ángel apenas estaba empezando, me siguió cogiendo mientras Azucena se encargo de ponerme dura la verga de nuevo todavía en nuestro 69. Cada que me la sacaba para dársela a chupar a Azucena me sentía desesperada porque la volviera a meter. Cuando se vino por primera vez lo hizo dentro de mi culo, no me la saco hasta que vacío toda su leche. Mi linda esposa se encargo de chupar mi culo hasta que ya no salía mas leche y ella sabia que estaba esperando que la compartiera conmigo y lo hizo con un beso delicioso que sabia al delicioso semen de Ángel.
Azucena y yo aun estábamos en el beso compartiendo la leche de Ángel cuando el le metió la verga a mi mujer y comenzó a cogérsela suavemente. Como dije antes, aunque es un autentico toro, no deja de ser muy gentil, sabe muy bien que arma tiene y por su estado claramente no queria lastimarla. Aunque por momentos tanto a el como a Azucena les ganaba la calentura y los dos se movían casi tan brusco como las otras veces. Mientras se cogía a Azucena de perrito y yo busque meterme debajo de ella para chuparle la pancha nuevamente pero ahora con ella recibiendo las cogidas de Ángel. Tal como hacia cuando me cogía a mi, Ángel le sacaba la verga de la panocha para metérmela a mi en la boca de vez en cuando. En algún momento Ángel le pregunto a Azucena que si podía metérsela en el culo, pero ella no quiso y se me hizo raro que no quisiera pues el ya se la había culeado antes. Por lo regular ella y yo aguantamos cualquier verga en el culo, pero supuse que pensó que estando embarazada y con el tamaño de Ángel le podía doler.
Aun cuando yo estaba disfrutando mucho abajo de mi esposa, Anel quiso que me levantara para besarlo y fue algo que me gusto mucho. No era solo la calentura, pues mientras se la cogía a ella y a mi me besaba, no paraba de decirme lo mucho que le gustaba de mujer. Toda esa noche fue algo brutal, pues Ángel nos cogió varias veces, con migo se vino unas 3 y con Azucena creo que dos mas. Fue nuestra primer experiencia cogiendo con algún chico yo estando vestida de mujer y fue genial, lo mas rico para mi hasta ese momento.
Ángel fue el primer amante en entrar a nuestra casa y el primer hombre en cogerme vestida de mujer, también el que mas veces invitábamos, pero no fue el único. Al principio aunque Azucena me insistía que saliéramos conmigo vestida de mujer, tarde mucho en comenzar a hacerlo. teníamos unos cuantos amantes que nos visitaban y era con los únicos que yo me vestía de mujer para recibirlos . Me encetaba que todos se desbarataban en elogios para mi, diciendo cuanto les gustaba y lo sabrosa que me veía. Azucena también me decía que hermosa y un éxito con los hombres. Que era un desperdicio que me conformara con solo coger con ellos, pudiendo conseguir muchísimos hombres mas para las dos.
Tiempo después se vino la mugre pandemia y ya no salíamos a ligar, pero aun así, a mi me gustaba mas recibir en casa a los que ya me conocían como mujer. Pero durante el encierro acepte salir con Azucena vestida de mujer aprovechando que había muy poca gente en la calle y que yo ya tenia el cabello bastante largo y me había hecho algunos pequeños arreglos por lo que me sentía mas segura. En una de esas noches me ligue a un tipo que estaba bien papito. Con todo que estábamos en pleno confinamiento, el wey nos cogió a Azucena y a mi en plena calle. Cuando termino el encierro y comenzó todo a normalizarse, comencé a salir con mi mujer vestido de chica y vaya que nos fue bien. Azucena y yo nos presentábamos como amigas y ligamos un chingo de machos a donde quiera que íbamos y a la mayoría le encanta la idea de cogernos juntas.
Ni Azucena ni yo nos cansamos nunca de conocer machos, como les dije antes, nos vuelve locas la verga y a ella se le ocurrió que podíamos salir algunas noches después de trabajar como putas y agarrar algunos clientes. En realidad no es que nos sobrara el dinero, pero no lo hacíamos por eso, todo era por la calentura de coger con todos los hombres posibles. Para mi sorpresa tenia mas clientes yo que Azucena y eso que ella esta bastante buena y es guapa, entonces les comencé a ofrecer el servicio con las dos al mismo precio. Lo malo es que en ese ambiente hay mucha envidia y cuando tienen padrote no puedes ponerte al brinco. Aunque ahorita Azucena y yo ya tenemos un padrote que nos cuida y nos da un buen lugar gracias a que le encanta cogerme, al principio estuvimos a punto de dejar de ir.
Tiempo después por problemas con mi familia, mi hija se fue a vivir con los papas de Azucena y los dos renunciamos a nuestros trabajos para dedicarnos de lleno a la putería porque es lo que nos encanta. Desde entonces ya tengo un año y 3 meses que soy travesti de tiempo completo, obvio me llamo Fernanda. Sigo enamorado y feliz con mi esposa pero al mismo tiempo disfrutando lo que mas me gusta en la vida que son los hombres, aunque ocasionalmente hay otras chicas del ambiente que quieren estar con nosotras. Pudieran pensar que Azucena y yo ya no cogemos tanto como antes después de que todas las noches nos cogen de 3 a 4 clientes, pero para nada, ella yo cogemos todos los días. Siempre regresamos a la casa super calientes a contarnos como nos fue mientras cogemos, pues aunque a veces nos vamos juntas con el mismo cliente, hay muchos otros que no coge conmigo y muchos mas que solo quieren coger conmigo.
Como decía al principio, a Azucena y a mi nos encantan los machos, nos encanta la verga, somos verdaderos adictos al sexo, al porno y a todo lo que nos ponga calientes. No significa que no nos amemos como cualquier matrimonio, incluso creo que nos amamos mas que la mayoría, pero realmente disfrutamos el rumbo que lleva nuestra vida. Queremos disfrutar tanto como sea posible y cuando ya no podamos talvez llevar una vida mas relajada.
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