Soy repartidor y una clienta jovencita me pide que me la coja sin conocerme
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Mi nombre es Jean, son un chico de 23 años, soltero y trabajo como repartidor de aplicaciones y hace casi un mes, una chica fresa y bien sabrosa, me hizo tener la mejor experiencia desde hace 2 años que empecé a repartir. Ella literalmente me pidió coger con ella ahí mismo, en su casa, en esos momento y realmente pensé que era una broma. No es algo normal y menos viendo que la morra estaba muy sabrosa. La casa estaba en un fraccionamiento con vigilancia, se veía de gente de dinero, aunque no le pregunte su edad, la morra tendría máximo unos 20 años, de cara regular pero de cuerpo esta muy buena. No exageradamente tetona, pero con un culo de esos que no puedes voltear a ver por la calle y estaba descalza, solo vestida con un short y una blusa aguada amarrada a la cintura, pero igual se veía deliciosa.
Como vio que dude mucho, ella me dijo que se llama Sabrina, aunque ya sabia por la aplicación y que tenia semanas castigada sin salir, sin ver a sus amigos y mucho menos a su novio y que realmente estaba muy urgida de coger. También me dijo que sus papás la dejaron sola un par de días, pero que no podía ni invitar a nadie, ni salir porque los vigilantes le avisarían de inmediato a sus papás. Neta se miraba nerviosa y tan desesperada, que pensé que a lo mejor se había metido algo y pues a lo mejor si, pero ella no me dijo. El caso es que yo todavía dudaba, hasta pensé que a lo mejor estaban amigos de ella escondidos y que si aceptaba saldrían diciendo que era una broma. Cuando le pregunte que porque conmigo, la morra me dijo porque era la única forma que entrara alguien a su casa sin que los vigilantes le fueran con el chisme a sus papás.
Entonces, como que la morra se desespero con migo y mis dudas, fue cuando me dijo al mismo tiempo que me jalaba adentro de su casa, que al menos me dejara que me la mamara y que si me gustaba, yo decidiera si cogérmela. Ya no me dio tiempo a nada, ella comenzó a desabrocharme el pantalón para sacarme la verga y eso ya no parecía broma. Apenas estábamos atrás de su puerta de la entrada y ella se arrodillo y comenzó a chuparme la verga como desesperada. Mientras lo hacia, un par de veces hablo para decirme, “En serio, no sabes como necesitaba una verga”, “¿nunca has estado con ganas y no poder estar con nadie? Se siente horrible”. La verdad yo ni sabia que decir, no quería cagarla con la morra y decir algo que le molestara, pues las mamadas que me daba, eran en serio de una chica bien urgida.
Luego de unos minutos chupándome la verga, ella me dijo, “¿Entonces? ¿Me coges? No sabes cuantos de mis amigos quisieran estar en tus zapatos en estos momentos, pero no puedo decirles que vengan y tu que tienes chance, te haces el difícil”. Yo pensé, ¿Cuál difícil? solo estaba bien desconfiado, pero ya con la verga bien dura y con el tratamiento de las mamadas de Sabrina, pues le dije que si, pero le pregunte si no tenia condones porque yo no. La morra me dijo, “Si, ya sabia que iban a hacer falta porque aquí no tengo y no tengo efectivo para pedirlos, pero si no te vienes adentro, por mi, no hay problema. ¿No tienes ninguna enfermedad, verdad? Yo estoy bien sana de todo a todo, pero si me vas a coger, apúrate o van a sospechar los vigilantes si tardas mucho”.
Apenas le dije que si, ella me jalo a su sala que era enorme, se quito el short y se puso en uno de los sillones de a perrito mientras me decía que le gustaba duro y que la jalaran de la cadera. De volada me ensalive la verga y se comence a meter lentamente en su panocha que se sentía bien mojada y super caliente. Ella nada mas decía “¡Hay no mames, no mames! ¡Que rico! Ya necesitaba sentir una adentro… Dame muy duro”. me acomode un poco mejor una vez que le entro toda y se la comence a meter tan duro como podía, al mismo tiempo que hacia lo que me había dicho de jalarla de las caderas. La vista era hermosa, su culo era como un corazón invertido cuando se arqueaba hasta poner los codos en el mueble. También podía ver como su culo rosadito se abría y cerraba conforme le empujaba la verga y yo movía sus caderas hacia el frente y hacia mi. Con ganas de metérsela por ahí también, pero no sabia como iba a reaccionar y no quería echar a perder ese momento.
Después de unos minutos donde ella solo gemía no tan duro, yo baje la intensidad un poco para no venirme tan rápido, pero ella sintió y me dijo, “¡No! dame duro, no puedes tardar en venirte, apúrate, solo no te vayas a venir adentro por favor”. Le hice caso y volví a darle con fuerza hasta que realmente ya no aguante mas y saque mi verga para venirme. El primer chorro de mis mecos salto hasta el respaldo del sillón y luego salió uno que le callo en el cabello, ya lo demás callo en su espalda y nalgas. Apenas me estaba sacudiendo la verga, ella se volteo y me dijo que me apurara y me fuera. La verdad eso fue muy incomodo, porque literal me estaba corriendo, pero también entendía que le preocupaba que sospecharan los vigilantes.
Casi igual de nerviosa que cuando llegue y la vi, me dijo que me arreglará bien la ropa y que por nada del mundo fuera a decir algo de lo que paso a nadie. Casi cuando termine de vestirme, ella ya se había vuelto a poner el short y una tanga que antes ni vi cuando se la quito el short por las prisas que ella tenia. Ya casi saliendo de la casa me dijo, “¿Como te llamas? y dame tu teléfono, por si mañana aun tengo tiempo, no hablarle a alguien mas, ya solo no te la pienses tanto como hoy”. Fue lo ultimo que hable con ella ese día, le dije que me llamo Jean y le di mi numero. Sali del fraccionamiento como si nada, creo que los vigilantes están tan en lo suyo, anotando quien entra y quien sale que ni cuenta se dieron cuanto tarde.
La neta, si me quede bien emocionado, nunca me había cogido a una morra tan sabrosa y fresa como ella y le conté a algunos compas que también reparten, pero creo que ni me creyeron. Esa noche fui a ver a mi morra y con ella termine de desquitarme por no poder disfrutar mas la cogida con Sabrina. Hasta la puse igual de perrito, pero la neta, nada que ver el culo de mi vieja con el de Sabrina, pues aunque la quiero y me gusta mucho, era como, comer tortillas con frijoles, después de comer unos mariscos bien chingones. Aun así, solo cerraba los ojos y recordaba lo sabroso que se veía el culote de Sabrina cuando le metía a la verga y con eso me vine bien chingon.
Al día siguiente, la neta ni tenia ganas de chambear, solo me estaba haciendo pendejo esperando a ver si me llamaba la morra, pero dieron las 2:00 pm, que fue a la hora que había pedido comida el anterior y nada. Como a las 3:30 pm pensé que ya había valido verga, pero aun así, estaba contento de habérmela cogido al menos una vez. Entonces que suena mi cel y era Sabrina preguntándome si podía ir a dejarle comida. me saco de onda, porque no sabia que pedo, si en verdad quería que le llevara comida fuera de la aplicación para que cogiéramos de nuevo o si me estaba hablando en clave ¿o que pedo? Yo bien estúpido le tuve que preguntar y me dijo, “No, no necesito de esa comida, ¿te tengo que decir directamente que vengas a cogerme? ¿o que? Tu solo diles a los vigilantes que vienes a dejar comida y pasas”. Cuando le pregunte que si pasaba a comprar unos condones, ella me dijo. “No, ya vente, de todas formas ya lo hicimos así, mejor apúrate”.
De volada arranque mi moto y salí como pedo a su casa, aunque me había quedado cerca por si me llamaba, como tardo, ya me había alejado un poco. Esta vez ni me la pensé, en cuanto abrió la puerta y me dijo que pasara, ya me estaba desabrochando el pantalón y ella igual, cerro la puerta y se quito nuevamente el short y esta vez, también la playera. Yo quise abrazarla para al menos darle un beso, pero ella me dijo que no porque tenia novio. Ni siquiera quiso volver a chupármela, pues me dijo que mejor me cogiera un poco mas de tiempo. En mi mente dije, “pinche vieja puta, coge conmigo sin conocerme y ¿le preocupa darme un beso para no serle infiel a su novio? ¡que mamadas!” Pues ni pedo, me quede con las ganas, pero nuevamente nos fuimos al sillón donde cogimos el día anterior, se pudo de perrito y se la volví a clavar.
Ya sin el elemento sorpresa que me aplico el día anterior y sabiendo que la morra iba en serio cuando decía que le urgía una verga, le comence a dar con mas confianza. Ahora si, además de agarrarla de la cintura, le agarraba las tetas mientras le colgaban, al mismo tiempo que me la cogía. Me di cuenta que se puso mas cachonda que el día anterior y me pedía que le diera muy duro y que no me detuviera, pero me volvió a decir, que no me viniera dentro de ella. En una de esas que se salió mi verga por los empujones, hice la prueba y puse mi verga en su culo. Ella se dio cuenta y me dijo “¡Por ahí no!”, pero no se quito y se la empuje un poco. Apenas le entro la punta de mi verga y ella me volvió a decir “¡Por el culo no! Me voy a quitar y te vas a quedar medias si no me la sacas de ahí”.
Para cuando me dijo, yo ya le había metido casi la mitad y ni se quejo de que le doliera, simplemente no quería por ahí y la saque para que no se fuera a quitar y valiera verga la cogida. Se la volví a meter a la panocha y seguí cogiendo hasta que nuevamente sentí que me venia. Ya bien cachondo le pregunte si podía venirme en su boca y me dijo que si, pero que no se los tragaría. Le dije que estaba bien, que no había pedo, la bombee un poco mas y cuando le dije que me venia, ella se puso de rodillas, me dio unas cuantas mamadas y explote en su boca. Cuando termine de vaciarme, ella se levanto y se fue al baño a escupir y enjuagarse. Cuando regreso me dijo, “!No manches¡ te vienes un montón, hasta me trague un poco, que asco”. Jajaja, que asco, pero bien que le gusto a la puta, porque no se veía enojada por eso.
Nuevamente me comenzó a correr de su casa apurándome para que me vistiera y me fuera. Mientras terminaba de acomodarme, me dijo de nuevo que por favor, no fuera a andar contando nada de eso. Que me agradecía por haberle seguido el juego con sus loqueras y que a lo mejor, ya no nos volveríamos a ver. Pero que, no iba a borrar mi numero por si algún día volvía a estar castigada y necesitaba que le llevara comida, así no iba a volver a pasar pena con otro repartidor. Me salí del fraccionamiento mas deslechado que el día anterior, feliz de haber podido coger otra vez con Sabrina, pero con cierta tristeza de saber que nunca voy a volver a tener una vieja como esa. Ojala que sus papas la vuelvan a castigar y salgan de viaje, pero pues en realidad no me conto nada, no se si es algo que pasa seguido o si nunca la había castigado.
Pues esta es la historia de lo más chingon que me ha pasado trabajando de repartidor, en realidad, entiendo que mis compas no me creyeran, porque de no haberme pasado a mi, nunca lo creería. Todo lo que describo es totalmente real y aun no puedo creer que me haya pasado a mi y quería compartirlo para la posteridad.
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