Primera vez que otro humilla, castiga y se coge a mi sumisa esposa frente a mi
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Ingrid me gustó desde el primer día que la vi, la conocí en la cena de cumpleaños de una tía y aunque apenas tenia 17 años parecía una chica de al menos 20 por como se vestía. Muy bien arreglada, mini vestido rosa, zapatillas altas, peinado y maquillaje de salón. Platicamos un poco e intercambiamos números telefónicos y antes de un mes ya éramos novios.
En su fiesta de 18 años me presento a sus papás y les pedí permiso para salir con ella aunque ya tenia unos meses de que andábamos. Para cuando cumplimos el primer año de novios, ya hablábamos de casarnos y hacer una familia feliz, ambos estábamos muy enamorados.
Cuando cumplimos nuestro segundo año de novios, hablamos con sus papás sobre nuestros planes para casarnos. Inicialmente se negaron, pero con la promesa de que Ingrid seguiría estudiando terminaron aceptando y 4 meses después, nos casamos.
Durante nuestro noviazgo tuvimos relaciones ocasionalmente y siempre apresurados, eran rápidas espaldas de sus papás. Pero una vez casados y solos, aun sin hijos, la pasión y lujuria que teníamos acumulada estallo sin poder controlarla.
Comenzamos haciendo simples juegos de roles, a veces con ayuda de un par de consoladores que le regale, después nos llamo la atención un juego de BDSM que vimos en internet y lo compramos. Fue mas porque las imágenes del vendedor eran muy eróticas y se veía sensual, no fue porque alguno supiera sobre ese ambiente. Resulto ser muy corriente y se rompió en el primer uso pero eso nos mostro que ambos compartíamos un cierto gusto por ese tipo de sexo.
En lugar de comprar mas juegos de bondage de las tiendas en linea, compre cuerdas de buena calidad y con eso comencé a atarla, para mi sorpresa ella disfrutaba de sentirse sometida, inmovilizada, incapaz de resistirse a lo que yo quisiera. En nuestros juegos, ella me suplicaba que la lastimara, que la usara como se me antojara. Pero realmente yo no quería lastimarla, no quería arrepentirme de hacerle algo que ella no disfrutara y me limitaba a solo cogérmela amarrada.
Éramos nuevos en eso, no sabíamos como hacerlo, simplemente la calentura nos comenzó a llevar por ese rumbo. Era imposible saber a quien le atraía mas ese tipo de practicas, si a ella o mi. Ambos comenzamos a ver porno de ese tipo pero cada uno por nuestra cuenta sin saber lo que el otro veía. Hasta que un día ella me dijo que vio una película que se llama “Historia de O” que habla de una chica que acepta volverse la esclava sexual de un hombre y entra a un entrenamiento para eso. Ingrid estaba muy emocionada y quiso que la viéramos juntos aunque ella ya la había visto.
Tardamos en ver la película como 4 o 5 horas porque nos pusimos cachondos varias veces y creo que cogimos al menos 2 veces. Ingrid me dijo que le encetaría que así fuera nuestra relación o hasta mas “cachonda”. Comenzamos a ver películas del tema como “las 50 sombras de Grey” y algunas otras, también cada uno confeso haber visto porno sobre el tema BDSM y a partir de ahí, ambos supimos lo que en verdad nos gustaba.
Nuestros juegos cada vez eran mas intensos pero a Ingrid le encantaba, ella fue la que me pidió que la insultara tanto como pudiera y poco después, que la golpeara. No solo hablábamos del tema en los momentos cachondos, también cuando estábamos en calma desayunando, comiendo o haciendo otras cosas sin relaciona alguna.
Los orgasmos de ambos eran mucho mas intensos y ricos que nunca, a veces yo me vine solo de escucharla suplicarme que humillara mientras estaba atada. Casi siempre nuestras cogidas eran así, ella completamente inmovilizada, pero también cada vez íbamos mas lejos.
Me comenzó a pedir que la golpeara al cogérmela y al principio solo eran palmadas en las nalgas. Después me pedía que le diera las palmadas en la panocha o las tetas y se prendía mucho. Las palmadas pasaron a ser golpes con un cinturón y después con una vara. Siempre mientras le decía toda clase de insultos como “perra”, “puta”, “prostituta”, “estúpida”, “basura”, “mierda”, “zorra”, “animal” y cualquier cosa que se me venia a la mente.
Algunas veces se ponía tan cachonda que me pedía que la cacheteara mientras me la cogía pero una vez se me paso la mano y se le puso el pómulo muy morado y como en esa época ella estaba trabajando, en su trabajo le preguntaban si yo la maltrataba, así que decidimos que todo seria en el cuerpo.
Dentro de las humillaciones que a ella le gustaban, estaba que la escupiera, que la orinara o que la hiciera vomitar para embarrar su cara. Realmente una cosa te lleva a la otra y nada es demasiado, simplemente hay que escuchar a tu sumisa, entender lo que quiere y hasta donde lo quiere.
Nuestra relación estaba mejor que nunca, pero salto a otro nivel cuando le dije en un momento de calentura que la prestaría con otros hombres para que la usaran y ella como siempre, sumisamente lo acepto. Pero lo platicamos en tranquilidad y siguió de acuerdo, francamente yo tenia muchas mas dudas de hacer que ella.
En aquel entonces pusimos un anuncio que ella misma redacto en una pagina que no se si aun exista, creo que era “cluberotico” o “sexshopmexico”. Ingrid escribió que buscábamos uno o mas hombres dominantes que entendieran el juego de BDSM y se describió como una obediente sumisa con dueño.
Nos llovieron correos de todo tipo y de todos los lugares posibles, la mayoría se notaba que eran hombres solo buscando la oportunidad de cogerse a alguna mujer urgida, no entendían de que se trataba. Ingrid fue la que selecciono a 5 de entre tanto para conocerlos y acordamos citas individualmente en lugares como restaurantes o cafeterías.
Ambos estábamos de acuerdo que no éramos una pareja cuckold como tal, mas bien nos gustaba el juego de esclava sexual con su amo. Ni siquiera sabíamos si nos gustaría o no involucrar a otras personas, pero queríamos intentarlo y ver que pasaba. Así que las citas no eran para correr a coger con ellos, necesitábamos saber que tanto entendían y se comprometían a seguir nuestras reglas. A Ingrid ni siquiera le interesaba el físico o la edad de los candidatos y a mi menos.
De los 5 hombres que conocimos, uno de ellos quedo descartado desde el primer minuto, no tenia realmente idea de lo que buscábamos. De los otros 4, uno nunca tenia tiempo y quería que nosotros nos adaptáramos a sus horarios y lo descartamos.
De los últimos 3 que restaban, no estábamos seguros, pero decidimos darles una oportunidad y acordamos una segunda cita por separado para ahora si hacer algo mas y esta vez fue en nuestra casa.
El día acordado con el primero, amarre a Ingrid desde una hora antes de la cita y comenzamos a jugar pero sin llegar a penetrarla. El hombre era Master Devil, de unos 40 años (nuestra edad en ese entonces era de 23 años Ingrid y yo de 24) gordo y muy alto. Cuando llego yo le abrí la puerta y le dije que ya estaba mi perra esperándolo, lo lleve hasta la recamara donde estaba Ingrid desnuda y amarrada boca abajo de los tobillos a la cama y con las manos atadas atrás de su espalda. El la miro a detalle y con toda calma me dijo que dejáramos a la puta ahí y nos tomáramos algo antes, la escupió en la espalda y salimos de la recamara.
Nos sentamos en la barra de la cocina a tomar una copa mientras platicamos sobre lo que a ella le gustaba, nos tomamos nuestro tiempo, talvez una hora o poco mas para regresar a la recamara. No planeamos nada en especial, simplemente las cosas se tenían que dar. Al entrar de nuevo en la recamara, Ingrid comenzó a suplicar que ya se la cogiera alguno de los dos y le ordene que se callara el hocico, como seguía suplicando, agarre mi cinturón y le azote las nalgas con fuerza dos veces y comenzó a llorar.
Master Devil pregunto si siempre era así de chillona la perra y le respondí que si, pero que no se preocupara, que mientras no dijera “ZAS” (nuestra palabra clave para detenerme) o “COS” (la palabra para indicar que eso no), podía hacerle lo que quisiera con ella.
Le indique a Ingrid que Master Devil sería su dueño por esa noche por ser tan estúpida y tan puta, además de que tenia que obedecerlo tanto como a mi y ella dijo que si. Le solté otro cinturonazo mientras le aclaraba que no era una pregunta y que no fuera tan imbécil de responder lo que no le preguntaba.
Entonces por primera vez en mi vida, vi a otro hombre tocando el cuerpo de mi mujer, Master Devil comenzó a agarrarla y apretarla por todos lados mientras me decía que tenia un buen animal en ella, le metía los dedos en la panocha y en el culo mientras escupía con gargajos los hoyos de Ingrid.
A mi se había puesto la verga bien dura de ver que otro hombre tocaba y humillaba a Ingrid, fue una sensación diferente a cuando solo yo la maltrato y me gusto sentir eso. Le ofrecí a Master Devil la vara con la que la golpeo y le comenzó a dar golpes a mi gusto muy suaves, ni siquiera se ponía roja la piel de Ingrid, pero pensé que ya tomaría confianza poco a poco.
Se tomo mucho tiempo dándole golpecitos a Ingrid, casi como midiendo a donde le gustaba recibirlos, eso me agrado. Por momentos agarraba las mejillas de Ingrid y la besa para después escupirle la cara y le decía que estaba muy hermosa para ser tan puta.
Ingrid se mantuvo callada casi todo el tiempo y respondía solo cuando se le preguntaba algo, así es como esta entrenada. Cuando ella estaba mas excitada comenzó a pedir de nuevo que ya se la cogiera y el mismo Master Devil le dijo que se callara y que el sabia cuando le daría verga al mismo tiempo que le dio dos varazos en las nalgas mucho mas fuertes que los anteriores.
Claramente los ruegos de Ingrid hicieron enojar a Master Devil y me pregunto si tenia algo para meterle a la puta y callarle el hocico. De avente a la cama uno de los dildos y el lo tomo, lo escupío y se lo metió de golpe en el culo, Ingrid grito y se retorció pero nunca dijo “Zas” o “Cos” y Master Devil le soltó otro varazo en las nalgas para que se callara. Se puso de rodillas frente a la cara de Ingrid, saco su verga del pantalón, le jalo con fuerza el cabello y le comenzó a pegar en la cara con la verga mientras le preguntaba si eso era lo que quería -“eso querías pinche perra? pues ahí tienes la verga que tanto querías estúpida de mierda”.
Ingrid gemía y decía que si, mientras Master Devil le pegaba en la cara con su verga, la escupía en la cara y con una mano le jalaba el pelo. Mientras Master Devil lo hacia me pregunto que tan puerca era mi zorra y le respondí que mucho, le dije que solo no nos gustaba la mierda pero que todo lo demás le gustaba a la pinche marrana. Entonces el le dio la verga a mamar y le dijo que se estuviera quieta, Ingrid trato de chupársela pero el le grito que no se moviera, que solo abriera el hocico e Ingrid lo obedeció. después de unos segundos Master Devil comenzó a miarse en la boca de Ingrid y ella trataba de mover la cara de lado porque se estaba ahogando, pero el, de un jalón de cabellos la calmo hasta que termino de orinar.
Yo ya estaba bien cachondo, no me bastaba jalarme la verga, me acerque a Ingrid y me comencé a masturbar frotando mi verga con uno de sus pies. Mientras lo hacia, admiraba el culo enrojecido y marcado de Ingrid, el cabello castaño de mi esposa mojado por los orines que le cayeron ahí y ella sacando la lengua tratando de alcanzar la verga de nuestro invitado sin poder hacerlo, no aguante mas y me vine en el pie que usaba para masturbarme.
Master Devil todavía jugo un poco con Ingrid, golpeando su panocha y metiendo y sacando el dildo que le había metido en el culo. Ingrid seguía amarrada boca abajo y Master Devil se le monto sobre sus piernas para frotarle la verga en el culo, me pregunto si tenia que ponerse condón y le respondí que como el quisiera, que esa noche era su perra y que la usara como se le antojara. Saco de golpe el dildo que Ingrid tenia metido en el culo y comenzó a tratar de meterle la verga. Le costo un poco supongo que por la panza pero finalmente comenzó a meterle la verga a Ingrid en el culo.
Dejaba caer todo su peso contra el pequeño cuerpo de Ingrid para que se le fuera la verga hasta el fondo, ella solo gemía y decía que así, que siguiera. Master Devil le decía tantas cosas sucias como yo lo hago -“Así hija de tu puta madre! trágate mi verga por tu culo pinche puta asquerosa! te encanta que te empujen la mierda, ¿verdad puta marrana?” mientras Ingrid le respondía siempre con un -“Si señor, me encanta”.
Francamente no tardo mucho para venirse dentro del culo de Ingrid, cuando se quito de encima de ella, Master Devil se acomodo nuevamente frente a Ingrid y le dio su verga a mamar, mientras me decia, -“allí esta tu pinche perra carnal, te toca usar su puto culo aguado, hay le bates bien la mierda con mis mocos a la puta”.
Yo ya tenia la verga dura de nuevo y me puse sobre Ingrid, abrí sus nalgas y entre algunos pedos que saco con un poco de la leche de Master Devil, le empuje mi verga de golpe. A veces me cuesta un poco penetrarla por el culo, pero esa noche mi verga se le fue super fácil, supongo que por lo dilatado que tenia el ano y por el semen de Master Devil que servía de lubricante.
Mientras la estaba bombeando, le preguntaba si le había gustado que la prestara a otro amo, que si le había gustado que otro la usara como puta y que si le gustaba tener el semen de otro en su culo y ella a todo me decía que si. Ingrid me decía que la había madreado bien rico y que cuando la orino se estaba ahogando porque se le fueron por la nariz pero que le había gustado todo. Yo me puse mucho mas caliente y pase mis manos bajo ella para apretarle las tetas tan fuerte como podía y mientras sentía como Ingrid jadeaba con los apretones en las tetas y la cogida anal que le estaba dando, me vine de a madres dentro de su culo.
Finalmente desamarre a mi esposa y algo que me encanta es verla con marcar de las cuerdas en sus tobillos y en sus manos y brazos. le ordene que fuera a agradecerle a Master Devil y ella se fue a sentar en sus piernas para darle las gracias con algunos besos en la boca.
Fue la primera vez que compartíamos con otra persona nuestros juegos y afortunadamente todo salió de maravilla. Pero no todos los casos fue igual, de los otros dos que después invitamos, uno de ellos fue la peor experiencia que hemos tenido, pero eso, si les interesa pídanlo en los comentarios y se los platico en otra historia.
Somos un matrimonio real, Ingrid de 26 años, licenciada en comercio internacional, güerita, con linda cara, chaparrita (1.55 mts), piernuda, tetona, sumisa, ultra cachonda, le gusta el vaginal, anal y sobre todo usar su lengua para lamer todo. Yo soy Mr. Leo de 28 años, empresario, delgado, 1.78 mts, apiñonado, dominante y sádico.
Tenemos muchas experiencias de muchos tipos que en 6 años de casados, 5 de practicar BDSM y 3 de compartir sexo con otras personas hemos tenido. Aclaro que no somos personas corrientes o de bajo nivel social, simplemente este es nuestro gusto en la intimidad y nada tiene que ver con nuestra vida diaria aunque a veces involucramos juegos en ella.
Tampoco somos mal parecidos, aunque tampoco modelos, nos consideramos personas promedio aunque Ingrid tiene muchísimo pegue en cualquier ambiente donde este, no faltan las miradas de hombres por donde va. Por ultimo, NO buscamos contacto con nadie, ya tenemos a las personas ideales que queremos tener, no buscamos mas.
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