Historia de amor con mi hermana Carmen
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Mi historia de entrada es como la de muchas personas aquí en México, me llamo Beto y vengo de una familia humilde, tengo 4 hermanas todas mayores que yo, mi papá era un hijo de puta borracho que parecía que se desquitaba con nosotros de sus problemas. Mas que ayudar, parecía que nos quería hundir, pues no daba nada para la casa, también nos ponía unas madrizas por nada y encima, mi mamá se tenia que romper el lomo para mantenernos incluso a mi papá.
Aun recuerdo cuando empecé a tener conciencia de lo que pasaba y me di cuenta que el culero de mi papá prostituía a mi mamá y a la mayor de mis hermanas. Paso el tiempo y conforme terminaban la secundaria, mi papá las sacaba a trabajar y yo sentí muy feo por mi hermana Carmen, la menor de ellas. Francamente estaba enamorado de ella, me gustaba mucho de todo a todo, era con la que mejor me llevaba, era la mas guapa y era la mas inocente.
Cuando tenia 16 años, otro borracho nos hizo el favor de quitarnos a mi papa de encima cuando lo atropello y aunque parezca mentira, desde que se murió, alcanzaba mas el dinero. En ese entonces yo trabajaba como ayudante en un taller y todos los días al salir de la chamba pasaba por mi hermana a la esquina donde trabajaba para irnos a la casa.
En una de esas noches cuando regresábamos y me estaba contando que se había peleado con su novio, se me ocurrió la estúpida idea de confesarle que estaba enamorado de ella y todavía le pedí que fuera mi novia. Al principio pensó que se lo decía de desmadre y hasta se reía, pero cuando le jure que era cierto y que le comencé a prometer que yo la querría como nadie mas, obviamente me mando derechito a la chingada.
Lo malo de eso fue que comenzamos a alejarnos un poco, dejamos de ser tan amigos como antes, apenas nos hablábamos en la casa y yo me di cuenta que la había cagado.
Paso el tiempo y a los 17 me junte con la hija del dueño del taller donde trabajaba y me fui a vivir a depa que nos dio su papá, Carmen se había ido a vivir con su novio pero seguía trabajando de puta, había tenido un pleito muy fuerte con mi mamá y se dejaron de hablar.
Ya había pasado poco mas del año desde que me junte, cuando un día me llamo Carmen casi a las 4 de la mañana, el puto de su novio la había madreado y estaba en la calle, decía que no podía respirar y apenas le podía entender. Sali como demonio a buscarla, el hijo de la chingada la dejo bien puteada, la tuve que llevar a un hospital pues resulto que le rompió una costilla que le perforo el pulmón y le rompió un hueso del brazo. Para colmo ella no sabia pero en los análisis salió que tenia 2 meses de embarazo.
Estuvo internada y yo vendí mi nave y además me endeude para pagar todo, pero no me dolió, es mi hermana y pues aparte, seguía enamorado de ella. Hable con mi esposa para que Carmen se fuera a la casa un tiempo y estuvo de acuerdo, obviamente nunca supo lo que siento por ella.
Durante el tiempo que no podía moverse, yo le daba de comer en la boca, yo la ayudaba a bañarse, a vestirse y hacer cualquier cosa. A veces mi esposa se dormía y yo me quedaba con Carmen en el cuarto platicando hasta que se quedaba dormida. Carmen me decía que era muy bueno con ella y que no se lo merecía por como se porto conmigo cuando le dije lo que sentía.
Un domingo mi esposa se fue a la casa de mi suegro y me quede solo con Carmen, estábamos platicando en la sala y me decía que en cuanto se pusiera bien, se iba a poner a trabajar para poder irse y pagarme lo que había gastado. Le dije que no se iba a ir hasta que naciera su bebe y que ya veríamos entonces si regresaba o no a trabajar, que lo importante era que estuviera bien.
Cuando de nuevo me dijo que era muy bueno con ella, le dije que ella sabia porque, se quedo callada un momento y me pregunto que si aun sentía lo mismo que le dije esa vez y le dije que si, que seguía enamorado de ella.
Esta vez me dijo “tontito, no puedes enamorarte de tu hermana”, pero se estaba riendo, no estaba enojada, le respondí que era algo que no podía evitar, que ya esta ahí y que seguía sintiendo lo mismo. Ella me dijo que me acercara y cuando lo hice me beso en la boca.
Fue un beso de ensueño, como de cuento, suave, sin prisas, mucho mas rico que cualquiera que hubiera sentido antes. Cuando dejamos de besarnos ella dijo emocionada “No mames Beto, no mames! sentí bien rico” yo no entendía que le pasaba y le pregunte, me dijo que nunca había sentido algo así en la panza, todavía le eche desmadre diciéndole que a lo mejor era el bebe que se comenzaba a mover y me dijo, “No mames, no fue el bebe, es otra cosa pero me gusto, no se, es como lo que dicen de las mariposas, no mames! nunca lo había sentido”. Le dije que eso era lo que yo sentía al verla, que eso era amor.
Nos volvimos a besar y de nuevo me dijo emocionada ” no mames! otra vez, otra vez sentí lo mismo, se siente bien bonito”, ya no hablamos, nos dimos un tercer beso pero este fue mucho mas largo y nos acostamos en el mueble cuidando de no lastimarla, una de sus piernas se puso entre la mía y así seguimos besándonos. En una de esas que dejamos de besarnos para tomar aire me dijo “ya me pusiste bien cachonda” nos volvimos a besar y comencé a acariciar su cuerpo.
No eran caricias morbosas, mas bien eran cariñosas, casi tiernas, quería que se sintiera bien y que no me sintiera como seguro siente con los putos de sus clientes que la usan solo para bajarse la calentura. Ella tomo la iniciativa para quitarme la ropa, pero tuve que ayudarla porque con el yeso en el brazo no podía. Carmen solo tenia puesto un short y una blusa de tirantes y solo le quite el short.
Una vez desnudos no fuimos ansiosos, mas bien fue algo lento y relajado, seguimos besándonos casi desnudos. Mi verga y su panochita se frotaban suavemente y en medio de nuestros besos mi verga le entro sin ni siquiera tocarla. Carmen comenzó a retorcerse suavemente, mientras me decía, “no mames Beto! que rico se siente… te juro que nunca nadie me ha hecho sentir esto… es bien rico!”.
Yo no pude contener lo que siento, le dije que la amaba, que seguía igual de enamorado de ella que cuando niño, que la quería como mujer, que yo sabría como hacerla feliz y que la cuidaría toda la vida. No se si fue por la calentura del momento, pero Carmen me respondió que si, que también me amaba y que si, que también deseaba ser mi amante.
Yo no la quería para amante, realmente estaba dispuesto a dejar todo, a separarme de mi esposa para vivir con Carmen y mi sobrino, se lo dije, pero ella se quedo callada y seguimos cogiendo.
Esa primera cogida con Carmen no fue pasional, mas bien fue romántica, tierna, aun así, sentí cuando Carmen llego a un orgasmo pero no fue en medio de gritos o gemidos, simplemente me abrazo con fuerza con el único brazo que tenia disponible y decía mi nombre mientras me enterraba sus uñas, eso me hizo apurarme un poco para venirme y lo hice como nunca.
No nos levantamos, nos quedamos en el sillón y yo le insistía en que dejáramos todo y nos fuéramos a vivir juntos, ella me dijo que no, que si lo deseaba pero que pensara en que somos hermanos, que podíamos tener problemas por eso. Además me decía que yo tenia pareja y aunque realmente no estábamos casados, que ya estaba con ella, pero que estaba acostumbrada a ser “la otra” y de hombres a los que no quería, que estaría bien y feliz con solo ser mi amante.
Quedamos de ver como se daban las cosas y volver a platicarlo, ese día ya no paso mas que besos ocasionales y platicas donde yo le insistía. Con el paso de los días, yo no quería que Carmen se arrepintiera de lo que paso, pero por el contrario, me sentía mas unido a ella que nunca y seguí cuidándola como a mi princesa.
Mi esposa al principio no decía nada, pero conforme paso el tiempo se molestaba que le diera tantas atenciones a Carmen, aunque no sospechaba nada. Pero mi relación con Carmen cada día fue creciendo en todos los sentidos.
Aprovechábamos cada momento a solas para amarnos, a veces cogíamos y otras solo nos besábamos por horas. Les juro que esto no es solo sexual, no necesitaba coger con Carmen para sentirme bien y disfrutarla. Creo que a ella le pasaba igual, pero si notaba que cuando mi esposa me besaba o simplemente me abrazaba frente a ella, se sentía incomoda.
Carmen y yo Cogimos hasta que tenia poco mas de los 8 meses, pero le comenzaba a doler un poco, así que dejamos de hacerlo. Cuando llego la hora de que naciera mi sobrino, yo parecía el papá, estaba nervioso y no me separe de ella hasta que todo estuvo bien.
A los dos meses que nació mi sobrino Alberto (le puso como yo), Carmen quiso volver a trabajar a pesar que le insistí que no lo hiciera. Me daba miedo que las cosas cambiaran y ella se alejara de nuevo de mi, pero fue todo o contrario. No pasaba un día sin que fuera por ella y muchos de esos días nos escapábamos a algún motel, hasta que se fue de la casa para vivir sola en un cuarto.
Éramos como dos amantes, cada vez el sexo era mas intenso, mas apasionado, sin guardarnos nada. Ya comenzaban las palabras y peticiones sexuales que cualquier pareja se hace o se dice. Aunque yo estaba consiente que Carmen cada día tenia relaciones con dos o tres hombres, eso no me molestaba pues se muy bien que los sentimientos y el trabajo de una prostituta no se mezclan tan fácil, pero en el fondo me dolía que aun trabajara en lo mismo.
Carmen y yo fuimos amantes de esa forma por mas de un año, desde que dejo de vivir en la casa. Durante ese tiempo, yo me cuide mucho para no embarazar a mi esposa y finalmente llego el pretexto perfecto para separarme de ella. Yo sospechaba que mi esposa andaba con otro mecánico de mi chamba, pero fue hasta que los atrape fajando en una esquina cuando iba a entregarle un coche a un cliente. Obviamente me baje y se las arme de pedo, aunque no me dolió para nada, al contrario, me sentí aliviado.
Ese mismo día saque todas mis cosas y me fui a vivir con Carmen y mi sobrino. Mi ex suegro no lo tomo a mal, porque la culpa de separarme de su hija fue de ella, así que conserve mi chamba.
Comencé a vivir con Carmen y desde entonces soy el hombre mas feliz del mundo, la amo con locura y ella a mi, por desgracia todavía tuvo que trabajar por un tiempo en la prostitución porque necesitábamos muchas cosas y no alcanzaba con lo mío.
Por fin, juntamos lo suficiente y puse mi propio taller, comenzó a irme muy bien y ella dejo de trabajar. También nos fuimos a vivir a una casita cerca del taller que esta al otro lado de la ciudad de donde vive nuestra familia, nadie de aquí nos conoce y ni se imaginan que somos hermanos.
Aunque nunca nos podremos casar, vivimos felices, tenemos a nuestro hijo (mi sobrino) y aunque nunca vamos a tener los propios, así estamos muy bien. Quiero cambiarme el apellido para que nadie nunca sospeche nada, pero como es muy común, no creo que tengamos problemas si no lo hacemos.
Para mi, Carmen es mi esposa, la mujer que amo y amare por siempre, Betito es mi hijo y también lo amo. Tenemos años de no ver a nadie de la familia, solo a lo lejos he visto a una de mis hermanas un par de veces, pero no necesitamos nada de nadie y así somos felices.
Nadie sabe nuestro secreto, ni de locos le contamos a nadie, Carmen es perfecta, hermosa, cachonda y cariñosa. Cuando amas a alguien de verdad, esas pendejadas de que te impongan de quien no debes enamorarte, de las diferencias de edades (Carmen es 2 años mayor que yo), las diferencias de clases, las religiones o lo que sea valen madres. Conozco parejas “normales” que se divorcian a los dos o tres años de casados o se engañan unos a otros. Carmen y yo tenemos 5 años de vivir juntos, de ser marido y mujer y somos felices. Nada a disminuido, ni la pasión, ni la confianza y mucho menos el amor.
Yo se que este tema puede causar mucha curiosidad, pero es una relación como cualquier otra, Carmen y yo tenemos una forma de pensar muy abierta, talvez por lo que hemos vivido, tenemos algunas experiencias sexuales que posiblemente también escribamos aquí, ella o yo, así que si quieren preguntar algo, trataremos de responder.
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