La verdad de mi vida como Hotwife | Parte 1 | Mirele
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Hola a todos, soy una hotwife mexicana más o menos conocida en las redes sociales, tengo 36 años y 14 en el ambiente cuckold. Quiero tomar este sitio para escribir algunas de mis verdades y secretos que le oculto a mi esposo. Porque, aunque hay la creencia de que una pareja cuckold lo comparte todo y no guarda secretos entre ellos, la realidad es que no es así. Como personas, siempre hay algunas cosas que no quieres que nadie lo sepa, incluyendo tu pareja por muchas libertades que tengan. Por esta razón, no puedo dar mis nombres y usaré el seudónimo de Mírele. Aunque no sé cómo voy a ir escribiendo las cosas o en qué orden, mi intención es ser lo más honesta posible para mí misma. Lo siento, sé cómo son las cosas en internet, sé que muchos se pondrán cachondos y otros a lo mejor se desilusionan por lo que aquí escriba, pero lo hago exclusivamente para mí.
Si tuviera que describir la situación actual de mi vida, creo que sería así. Soy una mujer de 36 años, con un hijo mayor de edad de mi primer matrimonio y dos hijos con mi segundo esposo, con el que llevo 10 años casada. Me siento privilegiada en muchos sentidos, pues vengo de una familia de muy bajos recursos y actualmente disfruto de algunos lujos. Físicamente me siento mejor que nunca, pues de jovencita era gordita (no obesa, pero sí llenita). Después de 10 años de ejercicio muy disciplinado, creo que por fin alcance lo mejor que puedo con mi cuerpo. Crecí con muchos complejos por mi físico, pues aunque decían que tenía una cara muy bonita, me costó mucho tener novios. Por esa razón, fui demasiado complaciente con los chicos, pues trataba de que no me dejaran por otra de mejor cuerpo. Solo estudié hasta la secundaria y salí embarazada del primer novio que tuve mayor que yo. Yo tenía 17 y el 29 cuando nos juntamos con el permiso de mi familia y nos casamos 2 años después y duramos 6 años casados.
Hay mucho que contar de Samuel (así le diré a mi primer esposo), era muy lindo conmigo, cariñoso, respetuoso, nunca ni siquiera un grito escuche de él hacía mí, aunque hubiera tomado. Pero, aunque era sumamente trabajador, no tenía ni la primaria terminada y ganaba muy poco, así que yo tenía que trabajar para salir con los gastos de la casa y mi hijo. Desde novios, él me expreso su fantasía de verme cogiendo con otros hombres, pero siempre me había negado y él lo respetaba. Fue hasta 2 años después de casarnos que accedí a coger con uno de sus amigos y francamente nos la pasamos muy bien. No vi problema en que se repitiera y cuando Samuel me lo proponía, aceptaba volver a coger con ese amigo de él. Se puede decir que fue mi amante de planta por casi un año y poco a poco se hacían más frecuentes sus visitas al cuarto (vivíamos en dos piezas de una vecindad). Hasta esta parte es la parte de mi historia que sabe mi marido y algunas pocas personas. También es desde el momento que me considero hotwife, aunque en esas fechas yo no sabía que lo era, ni que existía ese término.
Aunque Samuel invitaba seguido a su amigo con el que cogía, me insistía que lo hiciera también con otros de sus amigos, pero yo me negaba. Honestamente, pensaba que con uno era suficiente para complacer a Samuel y que aceptar acostarme con más me volvería una puta. Por aquella temporada, la maquila donde yo trabajaba estaba recortando personal. Me toco que me despidieran, pero no quería decirle a Samuel y mientras conseguía otro trabajo, use mi liquidación para ponerlo en la casa como si fuera mi sueldo. No podía conseguir nada y cuando me quedaba muy poco dinero, lo único que se me ocurrió fue meterme de puta. Pero no podía decirle a Samuel, porque aunque él quería que cogiera con otros, quería estar mirando. Entonces entre a una casa de citas disfrazada de clínica de “masajes” que me permitía tener el mismo horario que tenía en la maquila y así Samuel no sospecharía. Había escuchado que se ganaba bien y tenía esperanzas, pero no contaba con que no a todos les gustan las gorditas y muchas veces no tenía ningún cliente.
Trataba de usar mis mayores atributos, que era mi cara y mis tetas grandes, pero en ese lugar, había unas chicas que estaban muy bien de cuerpo y se quedaban con casi todos los clientes. Trabajar de prostituta cuando no tienes al menos un cuerpo regular, es un duro golpe a la autoestima de cualquiera. Me sentía como una cosa que los clientes elegían y yo estaba defectuosa. Entonces, cuando conseguía cliente, hacía lo que fuera, en verdad, lo que fuera para que se sintiera bien y volviera a contratarme. Prácticamente, rompía todas las reglas que tenían en la clínica, besos en la boca, sexo sin condón, sexo anal sin que pagara ese servicio, aceptaba venidas en mi boca y algunas cosas raras, lo que sea con tal de que repitieran conmigo. Aun así, solo llegaba a tener dos o tres clientes por semana, cuando mis compañeras hacían esos servicios en un solo día, prácticamente los que me buscaban era porque yo hacía lo que las otras no. Pero de alguna manera debía juntar por lo menos lo que ganaba en la maquila. Por otro lado, me sentía muy mal por Samuel que ignoraba lo que andaba haciendo y encima yo me negaba a cumplir sus fantasías de coger con más amigos de él.
La verdad era que había descubierto con los clientes de la clínica, que me era muy sencillo excitarme, aunque el hombre no me gustara. Así que, después de ya unos meses trabajando en la clínica, cedí con Samuel y accedí a coger con más de sus amigos. Pero tuvimos el error de no platicar sobre los límites que cada uno tenía en mente. Yo pensé que, quería que fuera como el primer amigo que llevo, que por cierto era muy feíto, gordito, chaparrito pero muy simpático. Con ese primero, cuando me iba a coger la primera vez, le pregunte a Samuel que si le iba a decir que se pusiera condón y me dijo que sin nada estaba bien, así que siempre lo hicimos al natural. Me besaba en la boca, me manoseaba en todo momento, pero a la hora de coger, pues era todo normalito, incluso solo se venía adentro de mí o a veces la sacaba y los echaba entre mis piernas o vientre. Entonces comenzamos a recibir en el cuarto, a un amigo de Samuel, cada fin de semana. Cuando llevo por primera vez a otro amigo, yo pensé que sería igual, hubo un poco de cachondeo antes de irnos a la cama y cuando me iba a coger, pregunto que si se ponía condón y yo le dije que, si no quería usar, no había problema. Al principio no me di cuenta, pero Samuel se había molestado, pero no dijo nada y dejo que siguiéramos cogiendo. Yo, en esos momentos, pensaba que si a mis clientes no les ponía límites, pues a los amigos que llevara Samuel tampoco, si era su fantasía y estaba presente, supuse que estaba bien. Ese primer nuevo amigo, cuando se iba a venir, quiso venirse en mi boca y le dije que sí, cuando se vino, me los tragué después de enseñarle a Samuel toda la carga en mi boca.
Apenas terminó su amigo, Samuel prácticamente lo corrió y estando solos, comenzó a reclamarme por haber aceptado sin condón y tragarme el semen. Él nunca me gritó, pero si me dijo que me había portado como una puta y que sus amigos iban a saber que podían hacerme lo que sea y muchos otros reclamos que yo no entendía por qué. Para mí, eso era lo que Samuel quería, pero me estaba diciendo que no quería eso, sino que solo cogiera con ellos y ya. Al principio me molesté mucho porque nunca me dijo cómo quería que lo hiciera con otros. También porque nunca me había dicho puta y finalmente porque era su idea, eran sus fantasías, no las mías y por complacerlo, termine regañada. Pero después pensé que a lo mejor tenía razón, yo me porté como lo hacía con mis clientes de los cuales él no estaba enterado. Yo era la que lo estaba engañando, yo me sentía mala esposa y le termine pidiendo perdón y diciendo que me dijera exactamente como quería que me portara. Básicamente, lo que quería es que cogiera con sus amigos, pero siempre preguntando directamente a él, si podía hacer esto o el otro. Además, quería que lo mirara mientras cogía, que le mandara besos, que le dijera que lo amaba. Ósea, que él siempre tuviera el control sobre mí, mientras estaba en la cama con los otros. No hay nada de malo en eso que me pedía, en realidad, hay muchos tipos de relaciones cornudas, es decisión de la pareja si el cornudo es sumiso o dominante y Samuel quería ser dominante.
Nos dimos otra oportunidad y la siguiente semana invitó a otro amigo y salió todo muy bien, así que cada semana llevaba a un amigo diferente. Tampoco es que fueran tantos, Samuel en total llevo a lo mejor unos 8 ó 10 amigos diferentes que iba rotando en días que los invitaba. Esa era nuestra rutina y duro algo de tiempo, no había ningún problema entre nosotros, Samuel siempre se excitaba mucho, aunque yo solo de vez en cuando llegue a alcanzar algún orgasmo, pero todo era demasiado monótono. Entonces tuvimos nuestra primera mala experiencia, pues resulto que Samuel tenía una infección. Cuando fuimos al doctor, resultó que era gonorrea y obviamente yo también la tenía. Pero con sus amigos siempre usé condón a excepción del primero y el segundo (a ese nunca lo volvió a invitar), Así que yo sabía que, en realidad, lo más seguro era que yo me contagié de algún cliente y se la pegué a Samuel, pero él no lo supo nunca. El tratamiento no era tan caro, pero no teníamos dinero y él consiguió prestado. Me pidió perdón muchas veces, me decía que había sido su culpa y sabiendo que no era así, le dije que no se preocupara, que había sido decisión de los dos. Dejó de llevar amigos, así que pausamos todo durante un tiempo, pero yo no podía dejar de trabajar y aunque por un tiempo me dio miedo, no podía negarme a seguir haciéndolo sin condón con los que ya eran mis clientes. Por suerte ya no me volví a enfermar.
Un tiempo después, cuando se le había pasado el miedo y el remordimiento, retomamos las invitaciones a los amigos de Samuel. En esa retomada de encuentros nos pasó una segunda mala experiencia, pero no tuvo que ver con enfermedades. Apenas teníamos unos dos meses de haber empezado a recibir a sus amigos en el cuarto, cuando llego con un nuevo compañero de su trabajo. Yo lo note raro, como incómodo mientras estábamos tomando unas copas que él mismo llevó. El chico no hacía nada, no mostraba iniciativa conmigo y Samuel me dijo que lo hiciera yo. Cuando trate de agarrarle la verga sobre el pantalón, se levantó y dijo algo más o menos así: “Nel carnal, la neta yo no le entro a tu vieja, está bien pinche gorda, hay nos vemos”. Tomó su botella que había llevado y se salió del cuarto. Yo me sentí terriblemente mal y Samuel solo decía que el tipo estaba bien idiota, que era un pendejo mamón, que estaba de la verga y quería una modelo. Trató de hacerme sentir bien, pero era imposible. De verdad que no estaba tan gorda, si era llenita y tenía panza, además de que, como tengo las tetas grandes, pues me veía todavía más gorda. Pero ya de por si en la clínica no podía ganarles los clientes a mis compañeras a no ser que ya me conocieran y supieran cómo los trataba. Aun así, algunos no volvían a repetir conmigo, ya tenía mi autoestima por lo suelos y ahora, un tipo que me iba a coger gratis, me había rechazado por gorda.
Ya no quise seguir cogiendo con los amigos de Samuel, ni tampoco trabajar, me daba mucha pena enseñar mi cuerpo pensando que en cualquier momento me dirían que estaba gorda. Comencé de nuevo a buscar trabajo normal, pues de todas formas ganaba muy poco en la clínica de masajes. Al mismo tiempo se me ocurrió ponerme a dieta, pero de por si no teníamos mucho dinero, así que mi dieta era simplemente dejar de comer lo más posible. Conseguí un trabajo de conserje en un local y tuve que decirle a Samuel que me habían corrido de la maquila (ya tenía como dos años sin trabajar ahí) sin liquidación. Pero igual, le dije que no se preocupara porque ya tenía un nuevo trabajo, aunque ganaba menos y se molestó con la gente de la maquila, pero se quedó tranquilo.
Lo difícil de hacer dieta dejando de comer es el primero y a lo mejor el segundo mes, pero después te acostumbras. Tampoco es que antes comiera mucho, pero como teníamos que llenarnos a pura tortilla y frijoles, me costaba bajar de peso. Al cabo de unos 3 o 4 meses comiendo lo mínimo indispensable, la ropa ya me quedaba muy grande y tuve que arreglarla, pero seguía usando mis trapos aguados de siempre. Entonces un día, no sé porque se le ocurrió, pero Samuel me regaló un vestido que compró en un mercado, pero era de esos de $100, pequeños, unitalla de los que parecen de puta. Yo me negué a probármelo, sentía que me vería ridícula, como tamal mal amarrado. Me dijo que era para que solo lo usara con él en la casa y finalmente me lo probé. Cuando me vi en el espejo, no podía creer que fuera yo, el vestido si parecía de puta, pero se me veía el cuerpo bien formado, no con muchas curvas en la cintura, pero sin lonjas, con apenas un poquito de panza. Hasta las nalgas se me veían más grandes, igual mis tetas que, aunque apenas cabían, pero se me veían hasta más chicas y me gustó mucho verme así. Fue la primera vez que me sentí bien con mi cuerpo y en verdad me sentía muy feliz. Unas semanas después de que me regaló el vestido, nos invitaron a una fiesta y me dijo que me lo pusiera. No sé si era porque parecía puta, por lo corto del vestido o porque les gustaba, pero por primera vez, sentí lo que era tener las miradas de muchos hombres.
Desde entonces, mi pobre Samuel, comenzó a comprarme alguna cosita nueva cada que cobraba, eso sí, buscaba lo más corto y de puta que encontraba. Le dije a Samuel, que si él quería, volviera a invitar a sus amigos y comence a usar lo que él me compraba para lucirlo con sus invitados. Desde el primer amigo que volvió a ir al cuarto hasta los siguientes, me gusto ver la reacción cuando me veían más delgada y usando esa ropa. Fue un cambio total en ellos hacia mí, antes ninguno me decía nada halagador, solo me cogían. Ahora, no había uno que no me dijera que estaba muy rica. También, fue la primera vez que comenzaban a decirme a escondidas de Samuel que querían salir conmigo o verme fuera de mi casa y obviamente sin Samuel. Yo siempre los rechace, pero me hacía sentir muy bien que quisieran algo más conmigo, aunque eso también me hizo ver que no eran nada leales a su amistad con Samuel.
Todo parecía ir bien a pesar de que seguíamos sin dinero, ni siquiera habíamos podido salir del mismo cuarto desde que nos juntamos. Entonces otro problema más, la empresa donde trabajaba Samuel de obrero, cerro y se quedó sin trabajo. Con lo que yo estaba ganando de conserje no juntábamos ni para la renta, no teníamos que darle de comer al niño y más que preocuparnos por seguir invitando amigos, nos preocupaba tener de comer. Pero yo tenía una solución, que a lo mejor no le gustaba a Samuel, pero de todas formas, no había muchas alternativas. Le dije que había escuchado que algunas chicas ganaban bien y podía buscar un trabajo de puta por lo menos en lo que él conseguía trabajo y aunque al principio pego el grito en el cielo, con los días termino aceptando. Obviamente puso muchas condiciones que me parecían lógicas y con las que estuve de acuerdo. Pero no regrese a donde había estado antes, pues como él quería llevarme y traerme mientras conseguía trabajo, me daba miedo que alguien ahí le dijera que ya había trabajado. Así que encontré otro lugar, ese no era “clínica de masajes”, era “agencia de modelos y edecanes”, pero era la misma porquería. Comencé a trabajar el mismo día que fui a pedir trabajo y aunque ya era tarde, en unas 4 horas ya había dado 3 servicios. Era lo que antes hacía en una semana y con eso compramos de comer y hasta nos alcanzó para pagar una parte de lo que debíamos de renta.
En cosa de dos meses de trabajar ahí, compramos una tele, un colchón nuevo, me compre mas ropa, sobre todo para salir a la calle porque seguía con mi ropa aguada, todo lo corto y ajustado solo lo había usado para los invitados a la casa. Muy pocas veces use esa ropa para salir a alguna fiesta. Le compre ropa a mi hijo y le regale algunas cosas a Samuel. Le propuse que nos cambiáramos a un departamento, pero no quería porque decía que una renta más alta me iba a tener amarrada a ese trabajo y no quería. Yo quería dejar mi trabajo de conserje, pero el no quería porque decía que no nos iba a alcanzar cuando él consiguiera trabajo y yo dejara el putero. Yo lo entendí y lo acepté, pero era bien cansado para mí, limpiar el local y luego irme a trabajar de puta. Pero ya que no nos cambiamos, fui comprando muchas cosas nuevas para el cuarto y para mi hijo. Samuel no había dejado de buscar trabajo, pero conseguía puros trabajos eventuales de un par de días, todavía no podía dejar la agencia. Yo miraba lo mucho que se esforzaba, pero como apenas tenía unos años de primaria, en las empresas no le daban, si no tenía por lo menos la secundaria. Yo veía que, era tanta su presión por conseguir algo fijo, que poco a poco dejó de invitar a sus amigos, que eran ahora sus ex compañeros.
Entonces, esos mismos amigos, me comenzaban a buscar a escondidas de Samuel y me hacían todo tipo de propuestas, incluso económicas y eso que no sabían que estaba trabajando de puta. Yo los seguía rechazando, haciéndoles ver que cogía con ellos solo porque estaba Samuel ahí, pero no se cansaban, al grado que me llegó a parecer muy molesto que me siguieran. Nunca me había sentido acosada, pero ya no era tan agradable. Nunca le dije esto a Samuel, porque no quería que tuviera problemas con ellos. Yo la llevaba muy bien con Samuel a pesar de que no estaba de acuerdo que trabajara de puta, no quería tener problemas con el, por culpa de sus amigos.
Hasta ese entonces, yo nunca le había sido infiel a Samuel, si cogía con alguien era por trabajo o porque él estaba presente. Pero entonces pasó que un cliente que le voy a decir Luis, comenzó a buscarme únicamente a mí. También comenzó a invitarme a salir y decía que le gustaba mucho. La verdad es que me encantaba todo de él, era muy guapo, cogía super rico, era muy educado y termine aceptando una primera salida, obviamente a escondidas de Samuel. Pensaba que merecía pasarla a gusto con alguien sin pensar en que era trabajo o hacerlo frente a Samuel. Lejos de llevarme directo a un hotel, me llevo a comer, al cine y no hizo más que robarme algunos besos. Comencé a verlo más seguido fuera de la agencia, pero cuando quería coger, iba y pagaba el servicio conmigo. Yo misma le dije que ya dejara de pagar a la agencia y que mejor cuando quisiera coger solo me dijera. Para eso Samuel había entrado de vigilante en un comercio y había dejado de llevarme y traerme a la agencia, así que un día a la semana no iba a trabajar para irme con Luis.
A él, le tuve confianza y le platiqué absolutamente todo sobre mi vida, decía que admiraba a Samuel por no tomar el camino fácil de no trabajar y dejar que yo siguiera de puta. También decía que tenía curiosidad de que se sentía ver a la pareja coger con otro y yo le dije que cuando quisiera, que llevara a algún amigo y que yo lo hacía frente a él. Aunque yo no era su esposa o su novia, al menos vería a otro hombre cogiendo conmigo. tengo que aclarar, que Samuel aunque ya no llevaba tan seguido como al principio a sus amigos, todavía de vez en cuando invitaba a alguno. Yo ya no veía que se emocionara igual que al principio cuando lo hacíamos con alguien diferente cada semana. Entonces Luis un día me dijo que quería invitar a uno de sus amigos para que me cogiera frente a él. El día que llego con su amigo, nos fuimos a un hotel y cogí con su amigo. Aunque Luis no participo, si estuvo muy excitado masturbándose no sé cuántas veces y cuando su amigo terminó, me dio una buena cogida. Digamos que no era nada raro, pero luego comenzó a llevar a otros amigos cada semana, ya casi no estaba a solas con él. A diferencia de Samuel, el si quería que me portara lo más puta con sus amigos y que me cogiera a todos sin condón. Yo no me negué porque quería complacerlo y además, todos se veían muy bien. Eran chicos de otra posición económica, bien arreglados, oliendo rico y sobre todo, eran apenas mayores que yo, mientras los amigos de Samuel, casi todos eran de su edad y algunos un poco mayores que él.
Entonces Luis comenzó a pedirme que cogiera con dos o tres de sus amigos al mismo tiempo y esos fueron mis primeros tríos y gangbangs. También con ellos fueron mis primeras dobles penetraciones y la verdad es que me comenzó a gustar muchísimo y no quería dejar pasar una oportunidad de verlos. Tenía mucho, si no es que nunca, había disfrutado tanto del sexo y eso se vuelve como una adicción. Un día, Samuel se enfermó y no fue a trabajar justo el día que tenía que ir con ellos. Me pidió que no fuera a trabajar, pero le dije que no tenían chicas y que tenía que ir. Me insistió tanto que le dije que estaba bien y que me quedaría, pero que tenía que avisar, me salí a hablarle a Luis, aunque según hablaba con la encargada de la agencia. Luis me insistió que fuera, porque ese día irían 4 de los chicos que más me gustaban y que según me tenían una sorpresa. No pude negarme, le dije que me esperara donde siempre, aunque llegaría tarde. Me metí a ver a Samuel y le dije que lo sentía mucho pero que no había nadie en la agencia y que si no, ya no me dejarían regresar. El pobre todavía me insistió, que mejor que ya no regresará ahí, que ya dejará ese trabajo. No sé qué me pasó, pero me enojé mucho y le grité que estaba bien pendejo si creía que íbamos a vivir de su puto sueldo de vigilante y del mío de conserje. Salí azotando la puerta y llevando a mi niño a los jalones con mi vecina que lo cuidaba. Lo dejé y corrí lo más rápido que pude para alcanzar a Luis, la verdad es que no sentía nada de remordimiento, al contrario, me sentía enojada con Samuel.
Cuando llegué con Luis, me puse a llorar y me pregunto qué pasaba, no le quise contar, solo le dije que ya estaba harta de Samuel. Le pedí que nos fuéramos y así lo hicimos, yo solo quería llegar con los chicos y olvidarme de los que, según yo, eran problemas. Esa vez no tomamos el camino al hotel donde siempre íbamos y me dijo que esa era mi sorpresa. Tomamos una carretera hasta una especie de rancho, había una cabaña pequeña, muy elegante y con alberca. Luis me dijo que era una casa de descanso de uno de sus amigos y se las había prestado algunos días. Me dije a mi misma que iba a disfrutar todo lo que pudiera sin pensar en nada, respiré profundo y me prometí no pensar en nada más. Me recibieron como a una artista, corrieron a abrazarme y besarme como locos. Yo nunca en mi vida había tenido tanta atención y me sentía como poderosa, como si en verdad me lo mereciera. Me di cuenta que no eran solo los 4 que me había dicho Luis, había otro chico más, pero me daba igual, a ese no lo conocía, pero era guapo. Ellos ya tenían preparada carne asada, cervezas, botellas de licor, un pastel, era una auténtica fiesta y comenzamos a tomar y comer. En medio de la comida comenzó la cogedera, primero con Luis, luego otro se apuntó y aún era de día cuando ya estábamos todos desnudos cogiendo en lo que era como un jardín y luego en la alberca. Yo por lo regular no tomaba mucho, pero para las 7 de la tarde, ya me sentía peda y ya me habían cogido todos de a dos o a tres al mismo tiempo.
Algunas veces cuando tiempo atrás, comence a coger con los amigos de Luis, me habían ofrecido drogas, pero nunca había aceptado porque nunca había usado nada de eso, pero ese día quería perderme lo más posible y cuando vi a uno aspirando coca, le pedí. Luego me ofrecieron un porro de marihuana y Luis me pregunto si quería algo para que me excitara mucho más que otras veces y le dije que sí. Me dio un par de pastillas, la verdad pensé que era algo como viagra o algo así. Hasta la fecha no sé qué fue lo que me dio, pero aunque estaba consciente, me sentía contenta, excitada, con muchísimas ganas de que me cogieran hasta hacerme gritar. No tengo idea de que hora era cuando me tome esas pastillas, pero ya estaba de noche, yo quería que me cogiera Luis y estaba besándolo y jalando su verga. Pero se acercó uno de ellos y nos dijo a todos que nos metiéramos a la casa todos, porque ya era la hora de darme todos juntos. Yo entre por delante de todos bailando y jalando a Luis conmigo, el me llevo a una recámara, los dos nos tiramos a la cama y los otros 5 entraron atrás de nosotros. Luis y yo nos comenzamos a besar y comence a sentir las manos de todos acariciando mi cuerpo, ya había cogido con todos ellos, incluso con algunos al mismo tiempo, menos con el nuevo, pero no era nada diferente a otras veces. Pero si estaba mas excitada que nunca, sentía que el corazón se me iba a salir y sentía un calor por todo el cuerpo, realmente necesitaba sentirlos a todos adentro de mi dándome placer. Luis me decía que deseaba verme cogiendo con todos como la puta que era, que quería que llorara de tanta verga que me dieran y yo le respondía que también lo quería y le dije que hicieran conmigo lo que quisieran.
A partir de ahí, ya no sabía nada, ya no me acuerdo tanto de las cosas, son como pequeños flashazos que recuerdo, como escenas que tengo en la mente, pero nada continuo. Lo último que recuerdo bien de ese momento, es que me monte sobre Luis y comenzamos a coger. También recuerdo estar chupando la verga de dos o tres, pero no me acuerdo cuando comenzaron a hacerme dobles penetraciones, solo recuerdo sentir que ya tenía a alguien en mi culo mientras estaba sobre Luis. Luego no recuerdo casi nada, hasta que alguien preguntaba quien faltaba de romperme el culo y todos dijeron que no faltaba nadie. Un par de ellos, dijeron que ya hasta habían repetido y recuerdo porque yo trataba de ver a mi alrededor y no podía distinguir la cara de ninguno. La luz estaba prendida, pero aun así, no reconocía a nadie, pero sus voces si las ubicaba, era muy extraño, podía ver todo, incluso sus cuerpos, pero las caras estaban borrosas. Cuando vi hacia Luis, que supuestamente estaba abajo de mí, no era Luis, era otro chico, pero no fue algo que me preocupara, solo que no recordaba que se hubiera cambiado con alguien. Ese chico me hizo a un lado para levantarse y me tumbe en la cama, pero no tardó mucho en que alguien se pusiera atrás de mí para cogerme de lado por mi culo.
Ellos habían dejado la puerta abierta y algunos salían a servirse cerveza o una copa, ni siquiera sabía bien si eso hacían, pero yo sentía muchísima sed y les pedí agua. Uno de ellos dijo que me llevaría, mientras yo solo estaba en la cama con dos de ellos, el que me seguía cogiendo y otro que se veía borracho y solo se la estaba jalando cerca de mí. Todavía no podía distinguirlos, ni siquiera al chico que me llevo una copa, en lugar de agua y me pregunto si quería una pastilla más y le dije que sí. Algo que me extraño es que estaba eructando mucho, como si hubiera tomado coca cola, pero no recordaba haber tomado nada hasta ese momento la copa. Sin que me dejara de coger el chico que estaba atrás de mí me tome la copa y la pastilla. Por unos minutos trate de ver quién era quién, no distinguía ningún rostro, incluso podía escuchar la voz de Luis, pero no lo veía. Nuevamente me comence a sentir con energía, alegre no se de que, con el cuerpo muy caliente y extremadamente excitada. Un chico se acercó y le dijo al que me estaba cogiendo que ya me los echará y que se quitará, porque el me quería culiar de nuevo. Su amigo efectivamente se apuró y se vino, cuando me la saco, yo corrí a ponerme de perrito y le dije al que había dicho que me quería coger, que me la metiera. Me dijo que así no y me hizo acostarme de frente a él, se puso entre mis piernas y me la clavo por el culo.
Otra vez comence a sentir como que me dormía, solo recuerdo que el chico que me acostó, me la metió por el culo y que yo le decía que me diera más y más duro. Después fue como si me hubiera dormido, no me acuerdo hasta que levemente recuerdo solo una voz que le decía a alguien que se acomodará de no sé qué forma. Pero yo estaba otra vez montada sobre alguien, la verdad no sentía si tenía su verga en la panocha o en el culo. Pero si me acuerdo que había otro tratando de meterme su verga al mismo tiempo y no podía, decía algo como que no me entraba. En medio de lo perdida que estaba, recuerdo haber pensado que era un idiota porque muchas veces me habían hecho dobles sin tanto problema. Casi al mismo tiempo que la metió y comence a sentir placer, sentí como que el corazón se me aceleraba, creo que traté de decirles que me dieran más duro, pero no sé si lo dije o lo pensé porque comence a sentir como si me desmayara. Yo pienso que el efecto de las pastillas hacía que cuando me excitaba, me desconectara, porque las dos veces que me perdí, fue justo cuando comenzaba a excitarme más.
Ahora si estuve perdida por completo, ni siquiera los flashazos de antes tenía, cuando medio tuve conciencia, estaba en el jardín sentada en el pavimento cerca de la alberca y veía la silueta de varios aun desnudos caminando o platicando entre ellos. Era como si mi cabeza y mi cuerpo no se coordinarán, no sé porque, pero si me acuerdo gritarles preguntando si ya nadie me iba a coger y como no me respondían, les grite que eran unos pinches putos. Alguien a lo lejos me dijo: “Pinche puta pendeja, ¿no te das cuenta que ya te esta sangre y sangre el culo? Que puta asco, ¿Quién te va a querer coger así? ya duérmete y deja de estar chingando”. Creo que me quedé tratando de razonar que había pasado, no entendía porque me estaban tratando mal. De hecho, tampoco entendía porque les decía groserías, yo nunca había sido grosera. Comencé a gritarle a Luis, pero alguien se acercó y en buena onda me dijo que se había tenido que ir porque ya casi amanecía y le había marcado su novia. No recuerdo haber respondido nada, pero ese mismo chico me dijo que me fuera a dormir a la cama y que él me acompañaba.
Yo seguía desnuda y comence a sentir frio, pero creo que sin decir nada, el mismo chico que me hablo bien, me puso una chamarra encima. Pero yo seguía sin poder distinguir caras y le pregunté quién era, no recuerdo que me dijo. Cuando me levanté con la ayuda de él, vi que en el pavimento había una mancha de sangre, como cuando reglas y cuando comence a caminar vi que por la parte de atrás de una de mis piernas escurría un hilo de sangre. Me asusté, aunque no sentía que me doliera nada y le pregunté al chico que me acompañaba ¿qué me había pasado? Me dijo que nada, que no me preocupara y que durmiendo estaría bien. Ya no dije nada más, llegamos a la cama y me acosté a dormir. Lo último que recuerdo es sentir algo frio en mis piernas, medio vi que era el chico, me estaba limpiando las piernas con papel de baño mojado para quitarme la sangre y hasta ahí tuve conciencia. Cuando desperté era de día, me dolía mucho la cabeza y yo seguía desnuda, me levanté a buscar mi ropa y revisé en la recamara en la salita, salí al jardín, porque no la encontraba. Solo estaban 3 chicos, ya podía verles la cara, uno estaba dormido en uno de los muebles de la salita y los otros dos afuera. Cuando me vieron, uno de ellos fue hacia mí y el otro se fue para su coche, el chavo que se me acercó era el único que no conocía. Me pregunto cómo estaba y le dije que bien pero que me dolía la cabeza y la cadera, que sentía que se iba a partir cuando caminaba. Lo primero que le pregunté fue por Luis y me dijo que se había ido como a las 4:30 de la mañana y que, si iba a regresar, pero hasta la tarde y me acordé que me habían dicho que le llamó su novia. Le pregunté si él me había llevado a la cama y me dijo que si, le di las gracias y le pregunté por mi ropa, pero dijo que ya la había buscado y solo había encontrado mi celular, mis zapatillas y mi falda. Brasier pues no llevaba, pero no estaba ni mi bolsa de mano, ni mi tanga, ni mi blusa, ni un suéter que llevaba. Solo mi falda y mis zapatillas, pensé en cómo me iba a ir a mi casa y me acordé de Samuel y de que lo había dejado enfermo.
Encendí el celular y comenzaron a entrar un montón de mensajes que no quise leer, porque seguro que eran de Samuel muy enojado. Normalmente cuando iba a la agencia, trabajaba de 5:00 pm a 2 am. Nunca llegaba tarde a la casa, ni siquiera cuando me iba con Luis y si había trabajo dejaba de atender clientes a la 1:00 am para terminar máximo a las 2:00 am y no llegar tarde. Le pregunté al chico cómo le podía hacer para irme y me dijo que él me llevaba, pero solo tenía una chamarra para prestarme y tenía un poco de sangre. Me acordé de lo de la sangre y le pregunté que me había pasado y me dijo que nada, pero que me lavara antes de irnos. Yo no sabía de donde había sangrado y le pregunté, me dijo que del culo y me acordé lo que alguien me había gritado. Hasta ese momento le pregunté su nombre y me dijo que ya me había dicho varias veces, pero que se llamaba Rene. Unos minutos después salimos de ahí en su coche y se me hizo muy mala onda que ninguno de los otros amigos de Luis se despidió de mí. En el camino le pregunte ¿Que había pasado? ¿Porque estaban enojados conmigo? y me dijo que no me preocupara, que no estaban enojados, pero que así lo dejara.
Le tuve que insistir mucho, hasta que me pregunto que, si en verdad quería saber, porque no era muy bueno y le dije que si. Me comenzó a platicar que al principio todo estaba bien, pero que estaba muy drogada y que comence a decirles que no sentía nada y que me cogieran más duro. Me dijo que yo los insultaba diciendo que no sabían coger, que eran unos maricones que no sabían coger a una puta como yo. Me explico que parecía que los estaba retando y que uno de ellos me dijo que me la iban a clavar de a dos por el culo a ver si las aguantaba y que yo le dije que eso quería, a ver si así me hacían venir y que comenzaron a hacerme dobles penetraciones anales. Yo si hacía mucho sexo anal, pero nunca me habían hecho una doble anal. También me dijo que les estuve pidiendo que me los dieran en la boca porque me lo quería tragar todo. Yo le pregunte si me había sangrado con las dobles penetraciones y me dijo que no sabía, pero que él se dio cuenta de la sangre hasta después. Le pregunté si ¿eso había sido todo? o que entonces ¿cómo me lastimé? Él no quería decirme, pero finalmente me dijo. Dijo que uno de sus amigos antes de cogerme por el culo, me estaba metiendo los dedos y que yo le decía: “¡Métela toda cabrón! !Clávame toda la puta mano con fuerza¡” Él estaba empujado lento, pero que yo le gritaba que la empujara con fuerza y que yo empujaba mis nalgas contra él, hasta que me entro todo su puño. Eso era algo que nunca había hecho por el culo, algunos clientes me habían metido una mano en la panocha, incluso el mismo Samuel a veces lo hacía, pero nunca por el culo. Pero Rene me dijo que yo misma me estaba empujando con fuerza contra la mano de su amigo y que todos estaban muy emocionados diciendo “Duro, duro, duro, duro”. Entonces yo misma me paré sobre la cama con el puño del chico en mi culo y lo hice recargar el codo en la cama con el brazo hacia arriba y comence a bajar y subir con el puño entrando y saliendo de mi culo. Dijo que, aunque se veía impresionante parecía que no pasaba nada, hasta que en una de las veces que salió el puño de mi culo, estaba escurriendo la sangre por el brazo de su amigo y se quitó rápidamente para irse a lavar.
Todo lo que me platicaba Rene, era como si me lo dijera de otra persona, porque yo nunca había sido así. Yo no me acuerdo de nada de eso, ni siquiera recuerdo haber sentido dolor en el culo, ni cuando llegaba a estar medio consiente, ni cuando iba en el coche con Rene. Lo único además del dolor de cabeza y de cadera, era un dolorcito punzante justo abajo del ombligo y me acuerdo porque nunca, ni había, ni volví a sentir algo así hasta la fecha, pero solo eso. Incluso Rene me pregunto si no quería ir a un doctor a que me revisara. pero le dije que, que me sentía bien. Entonces me di valor para revisar los mensajes de mi celular y los primeros que vi eran de mi trabajo (el de conserje), pero pensé que era porque no había ido a trabajar. Cuando los comence a leer se me puso la sangre helada, porque me estaban avisando que llamara a Samuel porque se lo habían llevado al hospital de urgencia. Inmediatamente leí los de Samuel, disculpándose por ser tan insistente mientras trabajaba, pero en verdad que se sentía muy mal y no sabía que hacer. Me avisaba que estaba vomitando, que tenía diarrea y que le dolía muchísimo el estómago. Ya en los últimos que me mandó, me decía que un vecino lo iba a llevar a la clínica del IMSS y que lo alcanzara allá.
Pero yo no podía llegar semidesnuda al hospital y le dije a Rene lo que pasaba y que si por favor me llevaba a la casa a ponerme algo de ropa y que me esperara para darme un aventón al hospital. El dijo que si, que no había problema, pero que me tranquilizara. Entre a la vecindad solo con mi falda y cubierta con la chamarra de Rene, todos corrían a decirme que Samuel se había puesto muy mal. Nadie sabía que trabajaba de puta, si acaso alguno sospechaba, Pero supongo que viéndome entrar semidesnuda, pues no les dejaba dudas, pero no me importaba nada, ni siquiera sentí pena. Entre el cuarto, me vestí lo más rápido que pude y aunque todavía me dolía la cadera, salí corriendo al coche de Rene para que me llevara al hospital. Al salir estaba la vecina que me cuidaba al niño y solo le dije que se lo encargaba y que luego le daba algo extra. Cuando llegué al hospital solo estaba un amigo de Samuel y le pregunté ¿qué le había pasado? No sabía bien, solo sabía que era algo del apéndice y corrí a buscar quien me daba información. Mi pobre Samuel estaba grave porque tenía una infección muy fuerte porque se le reventó en apéndice y lo habían operado para lavarlo por dentro pero su condición era muy delicada.
Entonces fue cuando en verdad me sentí muy, pero muy mal por Samuel, me había portado como una perra hija de la chingada con él. Ni siquiera había sido por trabajo o dinero, todo había sido por la puta calentura y hasta me robaron mis cosas y me trataron mal. Pero eso no me importaba, yo solo quería saber que Samuel iba a estar bien. Tarde como dos horas en darme cuenta que Rene seguía en el estacionamiento del hospital y cuando vio que me asome, me fue a ver para preguntar cómo estaba Samuel. Me dijo que, si necesitaba algo, que le dijera y que se iba a esperar para llevarme a mi casa a descansar o bañarme o lo que fuera. Yo le dije que no era necesario y le agradecí por preocuparse y llevarme hasta allá. Me dijo que entonces antes de irse, me invitaba a comer algo por ahí cerca y fuimos a buscar algo de comer. Platicando con él durante la comida, me entere que era sobrino de Luis, aunque eran de la misma edad. Le dije que estaba muy enojada con Luis por todo lo que había pasado, él sabía que yo no me drogaba y que podía ponerme mal. Pero sobre todo, porque no me cuido, yo confiaba en el y se fue, me dejó ahí con sus amigos ya después de que me habían lastimado y me estaban tratando mal. Pero al mismo tiempo lo sentí como karma por cómo me porté con Samuel. Todo eso que pasó esa noche, ni siquiera sé, si lo disfruté, lo sufrí o que sentí, porque simplemente no me acuerdo más que de partes. Si no fuera por Rene, no sé cómo me hubiera regresado, además, creo que hasta ahora no sabría qué fue lo que pasó esa noche, al menos no todo, porque si andan 2 o 3 videos en internet de esa noche, que no se quien grabo. Por suerte ya son viejos y no se ven bien.
Todo esto, es apenas una pequeña parte de lo que ha sido mi vida, aun necesito escribir sobre lo que paso con Samuel, cuando y porque dejé de trabajar de puta y cómo conocí a mi actual esposo, que también es cornudo. También como comence en las redes sociales y cosas que me han pasado, pero ahorita ya estoy cansada. Al menos recordar todo eso y escribirlo, me da un poco de calma a la ansiedad que tenía atorada. También me falta escribir de porque me sigue gustando este ambiente. A mi esposo actual lo llamaré Kevin, el no sabe prácticamente nada de esto. Obvio sabe de Samuel y que con él me inicié de hotwife, pero como dije, hay cosas, muchísimas cosas que por muy liberales o por mucha confianza que te den, es mejor no platicar.
Se que ya me extendi mucho, pero hay algunas reflexiones importantes que se deben hablar. Por ejemplo, debemos entender que lo que vemos de las personas, ya sea en vivo, redes sociales, la televisión, etc, es lo que ellas nos quieren mostrar o en ocasiones lo que se filtra y ya no es posible negar. Pero en el dia a dia, con tus amigos, tus vecinos, hasta con tu pareja es exactamente lo mismo. Yo tengo mis redes sociales desde hace años, en twitter me han cerrado 3 cuentas, 2 de ellas ya llegaban a los 150K y aunque subo fotos y videos cogiendo con uno, dos o tres singles y les parece genial verme coger. Hay cosas, que siguen siendo privadas y no las muestro nunca. Un ejemplo muy claro es Amber Heard, muy linda chica, ¿quien imaginaba todo lo que se filtró en el juicio? y puedo apostar que hay mucho, mucho mas cosas que nunca sabremos de ella. Hablando específicamente lo de la famosa botella con la que según la violó Johnny, dudo que fuera obligada. Porque hay situaciones donde hacer cosas locas en pareja o con X persona, están muy condicionadas por las circunstancias, como estar drogada. Como en mi caso, con mis primeros clientes descubrí que soy muy elástica del culo, no por eso había hecho dobles anales y menos dejar que me metieran la mano, ni siquiera me la paso abriendo mi culo, simplemente, si me cogen no me duele y listo. Cuando pasó lo que les platique, yo ni me entere, ni lo disfrute, tampoco me dolió, es mas, ni me acuerdo.
Lo que me paso a mi con los amigos de Luis, ni yo misma podía creer haberme portado como me dijo Rene que lo hice. Yo, ni me drogaba, ni era grosera, ni había hecho esas cosas antes, ni nada, es como si no hubiera sido yo. Pero se lo achaco a las drogas que me tome. Y precisamente porque para mi, yo no fui la que hizo todo eso, no vi el caso contarle a nadie. Regresando al caso de Amber, de no ser por la demanda, nadie se entera de sus aventuras sexuales, de la botella, de sus preferencia. Todo esto, no significa que todas las personas que ves por la calle, la niña bonita que te gusta o incluso tu hermana, andan haciendo cosas locas, solo significa que tu solo ves lo que ellas quieren que conozcas y no es malo que sea así.
Pues hasta aquí les dejo esta parte de mi historia, la verdad me da igual que piensen de mí. Como dije al inicio, lo hago por mí, no por nadie más. Como verán, no es algo que pueda compartir con mis fans y menos con mi actual esposo por muy liberales que seamos. De todas formas, si alguien quiere comentar algo al respecto, adelante, estoy acostumbrada al hater en mis redes sociales, así que adelante. Le pondré el mismo título a toda mi bio, solo indicando el número de parte, por si alguien tiene el valor de leer tanto. Ni siquiera sé si las van a publicar, por aburridas, pero a mí me sirve escribirlas con todos los detalles que me acuerde. Por cierto, no se molesten en preguntarme sobre mis redes o stalkearme, porque no estoy dando ningún nombre relacionado conmigo o mis redes 😉.
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ALV me quedé entre exitado y sorprendido y al final una reflexión de vida ….. Increíble lectura …. Yo esperaré las siguientes partes…. Un saludo
Totalmente de acuerdo con Karonte58, me dejaste bien cachondo y bien clavado con tu historia. Estaré pendiente de la siguiente parte, espero que no tardes en publicarla. También quiero decirte que estoy de acuerdo contigo, Todos tenemos algo oculto, lo de algunos puede ser cualquier pendejada y lo de otros pedos super cabrones como los de Amber, que dicen que hasta iba a orgias, pero la gente no se lo imagina. Es respetable porque cada quien hace con su culo lo que quiera y la gente no tiene porque saberlo. Te agradezco por compartir tan excitante experiencia de vida.
Porfavor quiero saber que más pasa quiero y estoy seguro que no soy el único la segunda parte
Hola, la verdad no pensé que a alguien le interesara algo de mis problemas existenciales. No he seguido escribiendo mi biografía porque tengo algunos compromisos que cumplir con patrocinadores de mis redes sociales y he tenido poco tiempo. Mas adelante explicare como funciona y las cosas ocultas de las redes sociales. Espero antes del fin de semana escribir la segunda parte, aunque les adelanto que es la mas aburrida, pero esperen a la tercera jajaja. Esa si será sobre mi lado mas oscuro y secreto de mi vida. Francamente, estoy acostumbrada a escribir solo pequeños párrafos, pero, como esto lo estoy haciendo como un ejercicio para mi, pensé que se aburrirían de leer tantas pendejadas sin casi nada sexual. Les agradezco que al menos algunos se tomaran el tiempo de leer y hacerme saber que lo hicieron. Besos muy sucios a todos, de su amiga Mirele.