Cogí durante la cuarentena con mi hermosa hermana Alma y nos gusto
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Mi nombre es Alain, tengo 23 años, aun vivo con mis padres y mi única hermana, ella se llama Alma, tiene 21 y es realmente hermosa, saco los ojos verdes como mi mamá y la piel apiñonada de mi papá, cabello oscuro, unos senos de buen tamaño sin ser tan grandes y unas nalgas divinas, no puedo negar que después de sus 16 años y hasta la fecha se ha convertido en una mujer que no puede pasar desapercibida incluso para mi, todos y cada uno de mis amigos me han expresado en diferentes ocasiones que morirían por salir con ella, sin embargo, Alma tiene un novio con el que lleva saliendo 2 años y apenas es su segundo novio o por lo menos es lo que sabemos en casa.
Mi historia comenzó durante el primer mes del encierro por la cuarentena, resulta que por desgracia una tía que vive sola con mis primos enfermo de covid y mis padres se ofrecieron para cuidar a los niños de 6 y 10 años durante un par de semanas, pero viven en otra ciudad a una hora y media en auto, así que mi hermana y yo nos quedamos solos en la casa. la primer semana que no estuvieron mis papás, únicamente miramos películas todo el día, preparamos palomitas de maíz y comíamos cualquier cosa, pero nos hartamos de no comer algo normal, entonces Alma se ofreció para hacer comida decente, era un viernes y al día siguiente mis papás regresarían por ropa y a ver como estábamos, entonces quería sorprenderlos al tener comida preparada, mientras lo hacía, yo la molestaba diciendo que sería una muy mala esposa porque no sabe cocinar, ella alegaba que podría hacer feliz a su marido aun sin cocinar bien y que tenia los medios para que el, ni se acordara de comer, mientras yo le decía que por muy buena que estuviera mi esposa, si no me cocinaba rico, que no la soportaría a mi lado, pero todo era en plan de broma, yo siempre la moleste con cualquier cosa aunque supiera que ella era buena en eso, como por ejemplo el violín, pues toca muy bonito y aun así, le digo que se escucha horrible, creo que la mayoría de los hermanos se lleva de esa forma.
Entonces comenzamos a jugar imaginando que yo era su esposo y ella me estaba cocinando toda fodonga pues solo tenia puesto un viejo camisón de franela con el que le encanta dormir y que uso muchos días de la cuarentena, supuestamente yo regresaba del trabajo y aun no tenia la comida hecha, hasta me fui a la puerta de la entrada y le grite el clásico “Ya llegue vieja, ¿Qué hay de comer?”, cosa que nos hizo reír mucho a los dos, pero seguimos el juego, entonces me dirigí a la cocina y le di una nalgada y le apreté una de sus nalgas al mismo tiempo que nos dimos un beso en la mejilla, pues se suponía que así la iba a saludar su marido todos los días al llegar, claro que con el, sería el beso en la boca pero hasta aquí, era solo un juego, pero cuando le apreté la nalga, como solo usa tangas de hilo, pues pude sentir su piel del otro lado de la delgada franela y definitivamente, Alma tiene un culo perfecto, mucho mas rico que el de mi novia, pero seguimos con el juego, ella se suponía que tenia que hacer que su marido se olvidara de que no había comida todavía, entonces dejo de cocinar para abrazarme del cuello y me puso sus tetas pegadas a mi pecho, como no estaba usando brasier, yo sentía como se le aplastaban contra mi y sin poder controlarme se me paro la verga, pero aunque yo tenia puesto un pants deportivo de tela delgada, creo que ella no se dio cuenta porque yo la aleje casi aventando la pero siguiendo el juego y le dije, “ya vieja, sirve me de comer que me muero de hambre”, camine a la mesa del comedor y ella fue atrás de mi, antes de que pudiera sentarme, Alma me giro para quedar de frente a ella y me volvió a abrazar mientras me decía, “Hay mi amor, tu mujercita te extrañó mucho y necesita un poquito de cariño antes de comer”, me fue empujando hacia el mueble de la sala y me aventó en el mas grande, caí acostado y ella se acerco sensualmente pero un poco exagerando pues no era mas que un juego, se aventó sobre mi y me abrazo del cuello mientras acomodaba sus piernas para quedar montada, creo que fue cuando sintió que yo estaba excitado y con la verga bien parada porque no siguió con el juego de seducir a su esposo, se quedo callada pero tampoco se quito, podía ver sus hermosos ojos verdes a solo unos centímetros de mi y sentía su respiración muy cerca de mi boca, no sabia que decir o hacer, solo nos quedamos así unos segundos antes de que nos diéramos un primer beso en la boca que fue delicioso, fue solo acariciar nuestras lenguas suave y lentamente por un par de minutos mientras ella movía su cadera sutilmente sobre mi.
Ninguno de los dos dijo una sola palabra después de ese primer beso, era obvio que los dos estábamos excitados, ella hacia suaves movimientos de su cadera que le daban un discreto masaje a mi verga por arriba de mi pants, mientras yo la tome de la cintura para abrazarla, en esos momentos dejamos de ser hermanos para solo ser un hombre y una mujer excitados y queriendo coger. Cuando el primer beso termino, Alma bajo su cabeza como para no mirarme a la cara, pero la recargo en mi pecho, no dejo de moverse ni trato de levantarse, sus tetas estaban apretadas contra mi, las podía sentir claramente, pasaron unos pocos minutos mas y los movimientos de la cadera de ambos ya eran evidentes, entonces llego un segundo beso, Alma levanto su cara con los ojos cerrados y yo la bese, esta vez fue un poco mas intensamente que la primera, nuestras lenguas ya se movían con mas pasión y lleve mis manos a su cabello para acariciarlo mientras nos besamos, en ocasiones separábamos la boca por algunos milímetros y volvíamos a besarnos, era como si ninguno de los dos quisiera dejar de hacerlo, yo para ese momento sentía mi verga mas dura que cualquier otra vez en mi vida y sentía claramente como la punta rosaba con la panochita de mi hermana aunque todavía estaba mi pants y su tanga de por medio, pero no sabia si dejarla salir, no sabia si quitarme el pants y dejar que nuestra piel se tocara, no sabia si Alma quería llegar a tanto pero yo si quería, no estaba viendo a Alma como mi hermana, es una hermosa mujer que cualquiera quisiera tener en su cama y ese día nada mas me importaba.
Supongo que por muy excitados que estábamos, los dos teníamos la duda de si el otro quería que todo llegara a mas, pues los besos y los movimientos de ambos se prolongaron mucho mas de lo que prolongas los besos con una novia antes de querer cogértela, creo que fueron como 15 minutos así, pero entre los besos, yo ya estaba acariciando sus piernas que tenia a mis costados y llevaba mis manos hasta sus riquísimas nalgas, ocasionalmente necesitaba levantar mi cadera para sentir mas cerca la panochita de mi hermana, ella de igual forma por breves momentos dejaba salir muy suaves gemidos, entonces, en algún momento, la valiente fue Alma, con una de sus manos trato de bajar mi pants pero no podía, fue cuando yo supe que eso terminaría en una relación sexual completa con mi hermana, la ayude a bajarme el Pants y mis boxers de una sola vez, sin embargo, aunque nuestra piel ya estaba la una contra la otra, no fuimos directamente a tener una penetración, mas bien seguimos con los besos y con los movimientos de cadera, solo que ahora yo sentía en mi verga, el calor y la humedad de la panocha de mi hermana, en algunas ocasiones casi se metía mi verga y solo su tanga la detuvo, pero cada vez y poco a poco, sentía que mas y mas la penetraba, hasta que su tanga ya no sirvió de barrera, se termino por hacer a un lado y permitir que mi verga entrara por completo en Alma, al principio los dos mantuvimos cierta tranquilidad, a pesar de que ambos nos estábamos moviendo ninguno perdía la calma, solo dejábamos que mi verga entrara por completo para después salir un poco de ella al mismo tiempo que no dejábamos de besarnos, pero con el paso de los minutos, la intensidad fue subiendo, para cuando Alma se puso bien sentada y dejo de besarme, yo también empujaba mas y mas duro mi cadera para que mi verga le entrara con fuerza. Una vez que se acomodo sentada sobre mi, ella se quito el camisón de franela y quedo desnuda, solo tenia puesta su tanga que ya no servía de nada, tome sus senos con mis manos y los acariciaba mientras ella se movía cada vez mas rápido de arriba a abajo, ya los gemidos suaves de Alma, eran mas intensos y comenzó a decir en algunos momentos, “Así… Así… cógeme… cógeme mas”, Ufff! era increíble eso, condimentado con la hermosa vista que tenia acostado, su cintura perfecta, sus ricas tetas en mis manos, su hermosa cara de placer, yo sabia que no tardaría mucho en venirme, pero no quería, ni venirme en ella ni que eso terminara, entonces para frenar un poco el ritmo y evitar terminar, le dije que nos bajáramos al piso, aventamos los cojines de la sala y Alma se acostó sobre ellos, yo me puse sobre ella para besarla mientras abría sus piernas suavemente para volver a meterle mi verga, al principio ella se empujaba con las puntas de los pies para subir su cadera y permitirme entrar, pero una vez que de nuevo la estaba penetrando, me abrazo con sus piernas al rededor de mi espalda baja, creo que era una penetración mas profunda y mas sabrosa, ya no había nada de delicado, yo comencé a empujar con toda mi fuerza mientras ella me jalaba con sus piernas y sus brazos, podía sentir que me enterraba sus uñas largas en mi espalda pero me gustaba mucho sentir eso, era un indicativo de que Alma también lo estaba disfrutando, además, ya no se dejaban de escuchar gemidos y palabras calientes en nuestra sala, “Así… así… duro… cógeme duro… que rico…”, no se si tuvo un orgasmo, pero supongo que si porque en algún instante, me mordió el labio mientras gimió un poco mas duro, además sus uñas se volvieron a enterrar en mi espalda y sus piernas me abrazaban fuerte, eso me hizo acelerar el ritmo con el que me la cogía y después de un par de minutos le avise que me venia, ella sin dejar de gemir y con un beso suave en la boca me dijo, “me estoy cuidando”, fue como la autorización para que me viniera dentro de ella o la petición de que lo hiciera, no lo se, pero ya no aguante mas, di un ultimo empujón con fuerza y me vacié dentro de ella, Alma no decía nada ni tampoco seguía gimiendo, pero sentía que me abrazaba contra ella con fuerza y al mismo tiempo acariciaba mi espalda justo donde me ardía por tantas veces que enterró sus uñas en ese mismo lugar, cuando termine de vaciar mi verga dentro de su panocha, me iba a quitar pero ella no me dejo, “aquí quédate”, fue lo único que dijo, ni una palabra mas, entonces nos quedamos así, abrazados, no nos mirábamos a la cara, porque estábamos ella con la cabeza sobre mi hombro y la mía sobre su cabeza, podía sentir el rico olor de su cabello, pero mi verga ya flácida y descargada seguía dentro de su cuerpo.
No se realmente que tiempo paso, pero fue mucho lo que estuvimos así después de coger, no hablamos nada, ninguno dijo nada, hasta que empezó a oscurecer, no habíamos encendido ninguna luz de la casa y cada vez entraba menos luz a través de las cortinas de la sala, entonces recordé que ella había puesto algo en la lumbre y tendría horas ahí, le pregunte si no se quemaba algo y ella me respondió que no, que había cerrado el gas, así rompimos el silencio y ella me dijo sin dejar de abrazarme y mirándome lo poco que se podía ver, “nos vamos a condenar, ¿verdad?”, realmente no sabia que responder, no soy creyente pero estaba consciente que no era algo bueno, lo único que se me ocurrió decirle fue, “tal vez si, no lo se, pero se que te amo, eres mi única hermana y siempre te voy a amar”, ella me respondió con otro breve beso en la boca, algo tierno nada sexual y me dijo mirándome a los ojos, “yo también te voy a amar siempre… pero ¿mis papás, Alain?… ¿te imaginas si supieran?… nos matan y luego se mueren ellos de tristeza”, le respondí con la mayor sinceridad posible, “lo se, ellos nunca nos perdonarían y a lo mejor hasta me corren de la casa, ¿pero que hacemos si ya paso? solo nos queda no decir nada a nadie y que quede entre nosotros”, ya no me dijo nada, solo me dio un beso mas en la boca y me abrazo.
Unos minutos después de nuestra breve platica, nos levantamos del piso para vestirnos y nos abrazamos sentados en el sofá de la sala, no habíamos encendido ninguna luz, tampoco hablamos mas, solo eran abrazos que buscaban consolarnos de lo que había pasado, creo que cada uno estaba sumido en sus propios pensamientos sobre eso, de pronto sonó el celular de Alma y era mi mamá, le pregunto como estábamos y le dijo que llegarían mas o menos a medio día, Alma le respondió bien y tranquila, pero al colgar se puso a llorar, decía que ¿Cómo los iba a mirar a los ojos?, que sentía tristeza por ellos, verla así me provoco que también sintiera ganas de llorar y nos abrazamos, quería consolarla, decirle que todo estaba bien, pero yo también sentía lo mismo, así que solo la abrace durante algunos minutos, después comencé a hacerle algunas bromas para hacerla sonreír, diciéndole que tenia razón y que no iba a necesitar cocinar para su marido y conseguí que sonriera.
Ya eran como las 10 de la noche cuando encendimos las luces de la casa y ya no termino de hacer de comer, ninguno de los dos comió nada, preferimos platicar por algún rato, a media noche nos despedimos y ella se fue a dormir mientras yo me quede en la sala mirando la televisión, aunque en realidad estaba pensando en Alma, en que no quería que se sintiera mal o culpable, pues al final de cuentas los dos tuvimos la culpa, estaba por apagar todo e irme a dormir, ya casi eran las 2 de la mañana cuando salió Alma de su cuarto y me dijo que no podía dormir, se sentó conmigo en el sofá y poco después apagamos la luz y la televisión, nos acostamos para dormir los dos ahí en la sala, ya no pretendía nada con ella y supongo que ella tampoco, pero un poco mas en la madrugada, nos volvimos a besar y la historia se repitió casi en cada detalle, solo que esta vez mientras estábamos cogiendo, cuando ella estaba mas excitada me dijo, “Así… Así… Cógeme… cógeme duro que de todas formas ya nos vamos a ir al infierno”, creo que ninguno de los dos podíamos evitar sentir atracción y una excitación diferente a la que sentimos con otras personas, además de que nos amamos desde pequeños, así que, si una vez lo hicimos y a los dos nos gusto, no tenia sentido tratar de evitar que siguiera pasando. Cuando mis papas llegaron si note que Alma estaba un poco extraña, se le podía ver la pena, la vergüenza con mis papas, pero durante el día se le fue pasando y yo me sentí mas tranquilo, la siguiente semana que no estuvieron, ella y yo, éramos como novios en luna de miel, dormíamos juntos, nos la pasamos entre besos, caricias, cogidas en cada rincón de la casa, largas platicas, confesiones de cosas que el otro no sabia, juegos y hasta nos bañamos juntos en algunas ocasiones, cada día cogimos al menos dos veces, pero lo que me sorprendió es que Alma, no quería ni responder las llamadas de su novio y vaya que eso es raro, apenas veía en el identificador que era el, apagaba el teléfono y en una ocasión me dijo, “hay como chinga, esta semana es solo para nosotros dos”, eso me hizo sentir bien. Después de la segunda vez que cogimos, me parece que los dos sentimos lo mismo, lo habíamos hecho, nos gusto mucho, ya no importaba si era una o mil veces, al final de cuentas ya estaba hecho y era mejor disfrutarlo, incluso el ultimo día que estuvimos solos fue el mas intenso y a la vez el mas romántico, era la despedida de una locura que se quedaría entre ella y yo, durante el resto de la cuarentena volvimos a estar solos un par de veces mas, solo fue por algunas horas y no pasamos de algunos besos en la boca, pero nos dio miedo que nos atraparan, cuando termino la cuarentena cada uno regreso a hacer su vida normal, he pensado mucho en Alma estos meses y me gustaría invitarla a irnos a algún lugar para volver a estar solos y coger, pero me da pena invitarla a un motel como si fuera cualquier mujer, pero eso ya se vera mas adelante, a lo mejor y nunca vuelve a pasar nada entre nosotros.
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