Las delicias de ser una mujer divorciada
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Hola, mi nombre es Bety y quiero platicarles mi experiencia. Soy una mujer de 35 años, separada a partir de noviembre del 2020 a consecuencia de malos tratos e infidelidades de mi marido y divorciada oficialmente hace un par de meses. Tengo dos hijos, uno de 17 que se acaba de casar hace unos meses y el mayor de 19 años que se fue a los estados Unidos hace mas de 2 años.
Mi historia comienza mas o menos por enero o febrero de este año. Pero antes necesito explicarles que yo nunca fui infiel, mi ex esposo fue el segundo hombre en mi vida y con el divorcio pensé que se me vendría el mundo encima. No creo ser fea y por lo menos de cuerpo me defiendo un poco, no me he dejado engordar y siempre me han dicho que tengo buenas nalgas aunque no soy tan chichona.
Les mentiría si les digo que nunca tuve oportunidad de ser infiel, pero una es muy pendeja y te crees el cuento de que se ve mal que una mujer lo haga y que los hombres tienen derecho a hacerlo. Durante años un vecino me tiraba la onda pero nunca acepte nada de el, además de no querer ser infiel, porque el es casado. También el hermano de mi mejor amiga y comadre Josefina siempre me tiro la onda pero era el mismo caso.
Mi comadre Jose (así le decimos) siempre me dijo que me buscara otro pero nunca le hice caso, cuando me separe me insistió que conociera a otros hombres pero sin involucrarme con nadie formalmente. Hasta me decía que descargara alguna app de citas, pero se me hacia algo para urgidas.
Un buen día el vecino que les platicaba me siguió hasta la casa, supongo que ya se había enterado que mi esposo ya no vivía conmigo. No dejaba de pedirme que le diera la oportunidad de tener algo conmigo y aunque me negué rotundamente, no puedo negar que en mi cabeza fue el primero con el que pensé hacer algo.
A los pocos días el hermano de Jose me visito en la casa pero no lo quise dejar entrar porque no queria que se pensara mal de que alguien lo viera. Pero estuvimos como dos horas platicando afuera de la casa y el no dejaba de insistirme que saliera con el. Yo me negué porque aparte de que no me gusta ni tantito, es casado y su esposa es mi amiga desde hace años.
Francamente ya estaba un poco urgida de coger con alguien y como no conozco muchos hombres, ya estaba pensando en hacerle caso a mi vecino pues al menos no tengo amistad con su esposa. Pero el destino queria otra cosa y fue totalmente inesperado.
Un día regresaba de cobrar el dinero que cada mes me envía mi hijo mayor cuando el taxista me comenzó a hacer platica. Me pregunto mi nombre, mi edad y que si era casada y el me dijo que se llamaba Lauro. Poco después me dijo que se me veía muy bien mi falda y me pregunto si había forma de volver a vernos. Yo la verdad me sentía con la libertad que nunca tuve de coquetear un poco pero no esperaba nada mas, asi que le dije que si y le di mi teléfono.
El muchacho no era nada feo y tendría por lo mucho unos 30 años, cuando me dijo que si podía hacerme una pregunta sin ofenderme, no imagine lo que me preguntaría. Después de decirme que le había gustado mucho, me pregunto si no me gustaría ir con el a otro lado y aunque tenia un poco de pena o talvez temor, le dije que no había problema.
El chico manejo un poco y busco donde estacionarnos, apenas detuvo el coche en un lugar algo solitario me beso en la boca sin que yo pudiera negarme. Aunque realmente talvez pude hacerlo pero no lo hice y me gusto muchísimo sentir una boca diferente a la que había sentido por mas de 20 años. También sentía unas como mariposas en el estomago y obviamente no era por estar enamorada de ese taxista que acaba de conocer.
Cuando me comenzó a acariciar las piernas sentí que un calor inmenso me recorría por todos lados. Era algo que ni siquiera de novios con mi ex marido llegue a sentir. Supongo que era la emoción de estar con un desconocido al que apenas acaba de conocer unos minutos antes pero se sentía muy rico. Cuando sin que yo me diera cuenta se había sacado la verga de su pantalón me puso mi mano sobre ella y se la comencé a acariciar.
Para cuando comencé a masturbarlo, el ya me estaba metiendo sus dedos en mi chucha y aunque se sentían unos dedos delgados comparados con los de mi ex marido, me estaba gustando mucho mas. Entonces sin preguntarme me jalo la cabeza para que le chupara la verga y sin pensar siquiera que estábamos estacionados a media calle, se la comencé a mamar.
Nunca voy a olvidar la forma, el sabor y el olor de la verga de ese taxista, no porque fuera la mejor que hasta hoy he probado, sino porque no podía imaginar algo diferente a la de mi ex esposo y la de el fue la primera diferente en muchísimo tiempo. Yo estaba super cachonda solo chupándole la verga y eso que el para esos momentos ya ni me tocaba otra cosa que no fuera mi cabeza.
Cuando me dijo que se iba a venir estuve a punto de sacármela de la boca, pero como mi esposo siempre me obligaba a tragármelos si o si, pensé que porque no me tragaría los de el y deje que se viniera. Para mi fue impresionante la cantidad de semen que le salió, yo di un trago grande pero mi boca se volvió a llenar de inmediato y en el segundo trago que di me estaba ahogando. Aunque al momento prácticamente no sentí el sabor porque me los trague muy rápido, si me di cuneta que no le sabían tan rico como a mi esposo. Porque eso si, mi ex esposo siempre tuvo un sabor agradable, no precisamente dulce pero no se sentía ni tan espesos ni tan agrios como me supieron los de Lauro.
Tampoco fue que me desagradara, creo que mi esposo hizo un buen trabajo acostumbrándome a tragarme su semen y aunque los primeros años se me hacia desagradable, después me daba igual y en los últimos años hasta me gustaba. Pero chuparle la verga a ese chico no me bajo lo cachonda y para ser sincera me vi bien urgida y le dije que me llevara a un motel.
Lauro parecía sorprendido con mi forma de chuparle la verga, durante el camino al motel me dijo que nunca se la habían chupado así de rico y me pregunto si siempre me tragaba la leche. Le fui muy honesta y le dije que el era el primero con el que cogería desde que me había separado, pero que con mi marido siempre me tenia que tomar toda su leche o se molestaba.
Llegamos a un motel y cuando íbamos subiendo las escaleras, Lauro metió sus manos bajo la mi falda y me pidió que me quedara parada de espaldas a el. Se quedo como dos escalones abajo de mi y con sus manos me abrió las nalgas y comenzó a chuparme el culo. Yo podía sentir como trataba literalmente de meterme su lengua en mi ano y sentía como empujaba su lengua para tratar de meterla. No era algo que mi esposo hiciera con frecuencia pero tampoco era algo novedoso para mi, pero tenia tantas ganas de coger que me encanto que lo hiciera.
Me tuvo ahí en las escaleras por unos minutos levantando el culo para que el me lo chupara hasta que me llevo a la cama y comenzamos a besarnos mientras nos quitamos la ropa. Me pregunto si se ponía condón pero como ya estoy operada le dije que mejor así. De hecho nunca en mi vida he sentido que se siente que te lo hagan con condón y a mi edad y con dos hijos ya no quiero andar experimentando.
El asunto es que cuando sentí que me penetraba fue tan rico, fue como una sensación liberadora y desde que sentí la punta empezando a entrar la disfrute como nunca había disfrutado coger. Creo que realmente fue mas el sentir un cuerpo diferente al de mi esposo, que por que fuera precisamente Lauro. El caso es que desde las primeras metidas yo sentía que me llevaba a la luna de tan delicioso que sentía.
No voy a exagerar diciendo que fue una maravilla, pero me gusto mucho sentirme deseada por alguien mas que no fuera mi ex marido pero sobre todo sentir nuevamente el gusto por coger. Con mi ex marido lo hacia porque sentía que era mi obligación. Me hacia que hiciera cualquier cosa que se le ocurría o me insultaba o hasta me pegaba. Hice cosas bien asquerosas por darle gusto y nada me gusto con el, pero desde que me acosté con Lauro me di cuenta que con otros podía disfrutar de lo mismo que con mi marido no.
Aunque esa primer cogida con Lauro me gusto mucho no fue por mucho la mejor, pero si fue la que mas recuerdo. Pero no crean que comencé algo con Lauro, de hecho el es alguien que veo muy de vez en cuando. Pero dese ese día me siento auténticamente liberada y ya no me da miedo o pena irme a la cama con alguien.
Mi comadre Jose dice que me estoy volviendo bien puta y que la tengo sorprendida, pero como ella misma me dijo un día. “Hay que disfrutar las delicias de ser una mujer divorciada” y eso es lo que hago. Por lo pronto ya me chingue a su hermano, a mi vecino, al primo de mi vecino y a un montón mas, entre ellos a mi ex cuñado.
No quiero aburrirlos, creo que ya desahogue un poco de lo que queria escribir, aunque en estos meses he cogido con tantos hombres diferentes que no se de quien mas escribir y Lauro fue el primero después de muchos años casada. Ahora mismo me atrevo a decir que me encanta la verga y entre mas mejor. Quiero probar de todo, no me importa si son guapos o feos, jóvenes o viejos, solo quiero aprender de todos y disfrutar al máximo mi nueva vida de soltera.
Hay si quieren que les platique de otro que me anda cogiendo que es el mas loco de todos, me dicen y en cuanto tenga tiempo les platico un poco de lo que he hecho con el.
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